Cap. 25

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_ Hola mamá, ¿cómo estáis? -le preguntó Kate ya que acababa de llamarla porque se aburría en la tienda-.

_ Muy bien, esto es precioso, estamos en Londres. ¿Cómo va la tienda?, ¿te aclaras bien?

_ Claro mamá, no te preocupes, me crié entre estas paredes.

_ Gracias hija.

_ Hoy he vendido solo un par de cosas, ya sabes que los sábados suele estar bastante vacío hasta más tarde, la gente no suele madrugar en fin de semana. ¿Os está gustando Londres?

_ Sí, mucho. Además, por fin entendemos lo que nos dicen cuando nos hablan -se rió-. ¿Sabes a quien hemos visto?

_ Pues no sé, conozco a mucha gente de ahí, pero creo que tú no los conoces...

_ ¡A Matt! -le chilló hasta el punto que su hija tuvo que separar el teléfono de su oreja-. ¿Te acuerdas de él?

_ Sí, lo hago.

_ Claro que te acuerdas, con lo enamorada que estabas de él cuando erais niños...

_ ¡Que yo no estaba enamorada de él, que manía! Bueno, ¿y qué te ha contado?

_ Ayer quedamos para comer, su esposa trabaja para los museos Tate y se ve que tenía que venir a Londres y él venía para acompañarla y cuidar del bebé. Tendrías que verlos, el niño es precioso, se parece mucho a él, pero tiene los ojos de su madre, dos enormes ojos azules. Ella es un encanto, se nota que están muy enamorados.

_ Ya me comentó Luke que había tenido un bebé.

_ ¿Qué tal con Luke?

_ Bien, la semana pasada fuimos a la feria, quedamos con Amanda, Graham y Ryan.

_ ¿Has conocido al doctor Brown?

Kate notó un tono divertido en su madre, lo que le extrañó, lamentándolo mucho ella nunca había sido su confidente en temas de chicos. A Kate le hubiera gustado que así fuera, pero durante el instituto nunca tuvo ningún novio o pretendiente, después, al irse a New York, pasó por una mala temporada y no se sintió segura de acercarse a la gente hasta dos años después, por lo que aunque fuera extraño su primer novio lo tuvo a los pasados veinte años.

_ Sí, es muy simpático.

_ Y guapo, además está soltero.

_ ¿Qué me quieres decir con eso mamá? -le preguntó riéndose-.

_ Nada hija, solo es que tengo ojos, aunque sea tu madre yo también soy mujer. Además, ahora que Luke se casa, no sé... pensé que a lo mejor tú y el doctor Brown...

_ ¿Qué tiene que ver que Luke se vaya a casar? -le preguntó confundida-.

_ Bueno, ya sabes...

_ No, no lo sé. Además mamá, me podrías haber contado lo de la boda, me enteré nada más llegar por boca de Rebecca.

_ Lo siento hija, es que intento pensar en ello lo menos posible. Me duele tanto ver que va a atar el resto de su vida con esa.

_ Bueno mamá, es elección de él, no nos podemos meter en eso.

_ Lo sé, pero Rebecca no es la mujer indicada para él.

_ Mamá, no es asunto nuestro.

_ Ya, pero ya sabes que quiero a Luke como si fuera mi propio hijo.

_ Lo sé mamá.

_ ¿Y tú qué tal con ella?

Se quedó callada unos segundos pensando en la respuesta, debía utilizar las palabras adecuadas para no asustarla, era una tontería que lo pasara mal estando en la otra punta del mundo, quería que disfrutara del viaje sin preocupaciones.

Vuelta a los orígenes -COMPLETADA- (en corrección)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora