Noche inolvidable

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     La película se pasó relativamente en silencio. Normalmente John y yo hacemos tantos comentarios y nos reímos tanto que tenemos que atrasar más de una vez la película para poder escuchar bien los diálogos, claro, amenos que ya la hubiésemos visto. Sin embargo ambos permanecimos en silencio, y por ende él también. Pude percibir la incomodidad de John, esa incomodidad que sabe disimular muy bien para todo el mundo, excepto para mí, lo conozco demasiado bien, y eso es precisamente es lo que lo delata, haciéndome sentir miserable. En un principio quiero pensar que es porque no está acostumbrado a que seamos más de dos personas. Sí, suena razonable. Pero después mi cabeza se pone a pensar más y más cosas, cosas como ¿Qué pasa si está enojado? No, no esta enojado ¿O si? No. Detesto hecho de que siempre tengo que estar preocupada por algo, y cuando digo siempre me refiero a siempre, literalmente todo el tiempo.

Sin embargo, hago mis comentarios ridículos y realistas sobre la película, y John me sigue la corriente. Ambos lo hacemos y finalmente el hielo comienza a quebrarse. Cada uno de mis comentarios arbitrarios provocaba las incesantes carcajadas de Michael siendo música para mis oídos. Por fortuna, John siguió haciendo más comentarios, uno cada vez más cercano al otro, y Michael reía ruidosamente y le daba la razón hasta llegar a un punto en el que ambos comentaban cosas entre sí mientras yo solo los escuchaba. A partir de ese momento la sala se inundó de risas y carcajadas.      

Nuevamente todas mis preocupaciones se desvanecían, y finalmente me encontraba fuera aquella celda de la preocupación. Dejé de preocuparme, y como mi madre solía decir dejé por primera vez que las cosas que no estaban bajo mi controlo pasaran como y en el tiempo que tenían que pasar.

En el momento en el que terminó la película los tres expresamos nuestra opinión sobre la película al igual que nuestras partes favoritas de la misma. La opinión de Michael fue la mas tierna de todas, a diferencia de la mía se había enfocado en las partes buenas del personaje y no en las malas. Por ejemplo, yo opiné que todo había sido culpa del niño o joven y que se merecía hasta cierto punto lo que había pasado por desobedecer las ordenes y reglas que se le dieron, pero Michael opinó que debíamos pensar como el joven ya que en lugar de darse por vencido se puso a pensar en como destruirlos o "Frenar su reproducción" en sus palabras.

- Así deberíamos de ser todos, deberíamos de pensar que hacer y como hacerlo en lugar de darnos por vencidos- dijo con la frente en alto y con un tono motivacional e inspirador

- Vaya - dijo John entre suspiros y con una mano sobre su pecho, justo donde se encuentra el corazón- me sentí como en
una clase, o como un personaje de parábola. Deberías considerar ser monje o algo así - dijo provocando nuestras carcajadas

- Creo que lo consideraré- dijo siguiéndole el juego y guiñando el ojo

La sala se llena de risas y carcajadas, de vez en cuando algún otro comentario en broma de uno respondiendo a las bromas del otro.

- Bueno - dije sosteniendo mi estomago con la mano izquierda - ¿Qué les parece si yo bajo por más botanas mientras ustedes escogen que película vamos a ver ahora?

- Okay - dicen al unísono todavía riendo

Y es ahí cuando bajé las escaleras en dirección a la cocina dejándolos solos esperando que se lleven mejor. Me sentí victoriosa cuando sus carcajadas se seguían escuchando, y me sentiría aún más victoriosa cuando al subir con todas las nuevas botanas me ambos dirían que no habían escogido nada por estar hablando, pero que podíamos escoger otra rápidamente. Así lo hicimos, nos decidimos por ver La historia sin fin porque nuestro querido amigo con dulce voz no la había visto. Esta vez fue diferente, la película es muy linda, y en la escena en la que el caballo del personaje principal muere no puedo evitar llorar. Siento como las lagrimas se agolpan en mis ojos cristalinos, y como mi nariz comienza a taparse dificultándome el poder respirar. En el momento que en el que empezó la escena cubrí mi cara con un cojín, para de esta manera esconder mis ojos llorosos y mi cara roja. Puedo escuchar la respiración de John que indicaba que estaba llorando.
En algunas partes volteo mi cabeza para evitar ver la larga y triste escena, y en una de estas veces mi cabeza gira en dirección a Michael. Verlo así me hizo querer llorar mas. Su rostro estaba completamente rojo, al igual que sus ojos cristalinos debido a las lágrimas, y su ceño fruncido por su tristeza, sus manos apretadas y por lo que puedo ver estaba mordiendo su labio inferior en un intento fallido de no llorar. ¿Que debe de estar sintiendo? Sus lágrimas, seguro con el calor de sus mejillas... sus mejillas deben estar calientes, y al caer las lagrimas debe de sentirse helado. Todos esos pensamientos pasaron por mi cabeza, tanto que cuando menos pensé deje de llorar por la película y comencé a llorar por él, por estar viéndolo, ¿O debería decir admirándolo? Sin embargo no podía evitarlo No, nunca llores por favor, me vas a romper el corazón... no quiero verte llorar, nunca. Un nudo se formó en mi garganta, y cuando me di cuenta de lo que estaba haciendo ¿En que estaba pensando al quedármele viendo así? Inmediatamente aparté mi vista, apenada y avergonzada. Pude sentir que mis mejillas se calentaban y no precisamente por la trama de la película, era por la vergüenza. Sacudí mi cabeza tratando así de quitar esos pensamientos de mi cabeza. Poco a poco, se calmó su respiración y se secó las lágrimas, lo sé porque pude verlo de reojo. Trate de actuar de manera normal, evadiendo el contacto visual con él.
Eso fue así hasta que en una de las últimas escenas aparecen las imágenes de el recorrido del personaje principal, entre ellos la escena que ya mencioné. Ahí Michael se emocionó tanto que me tiró del brazo y lloro en el cual niño asustado que busca a su madre como respaldo y escudo. Mi blusa se mojó por sus lagrimas, pero no me preocupaba, en realidad me encantaba que se respaldara en mí, por que eso quiere decir que me tiene confianza y me derrite el corazón. Estaba tan cerca de el que podía sentir sus respiraciones con cada sollozo, lo único que hice fue acariciar su cabello e imaginar cosas tan hermosas, pero que me desconciertan y prefiero evitar, nuevamente sacudo mi cabeza para tratar de alejar esos pensamientos, pero esta vez es mas difícil, porque ahora estaba enseguida mío y pude sentirlo. No duró mucho tiempo, pero para mi fue hermoso. Sé que John nos vió, o que más bien me vió, un momento tan emotivo. Cuando llegó el momento de que retirara su cabeza de mi brazo la sangre se agolpó en mis mejillas provocando que me sonrojara, y el se seca las lagrimas con su mano.

Michael Jackson| Mi Otra MitadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora