Gracias por llegar a mi vida

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     ¡Es Michael! Tiene puesta una camisa abotonada roja, unos pantalones negros. Se encuentra sonriendo de oreja a oreja, aprieto mis ojos para asegurarme de que es él, decidió aparecer después de tanto tiempo

— ¿No piensas saludar? — pregunta dulcemente, me siento tonta me le había quedado viendo

— Lo siento — digo pero me interrumpe abrazándome fuertemente, respondo a su acto y lo abrazo, me aprieta entre sus brazos y nos tambalea un poco. Sus abrazos me hacen sentir segura, me brindan una calidez, que me hace tan bien que podría quedarme así por días. Puedo oler su colonia, y su shampoo, estamos tan cerca el uno del otro. Esto sin duda es mi mejor medicina

— Te extrañé mucho Grace — dice con su cabeza en mi hombro, mi cabeza está reposando en su hombro mientras disfruto su olor, su presencia

— Yo también te extrañé mucho — digo y llega el momento de la separación, ¿Porqué? ¿Porqué no podíamos quedarnos así para siempre? — no sabía si estabas vivo, muerto. Es bueno volverte a ver desaparecido

— Sí— dice riendo — lamento no haberte llamado, han pasado tantas cosas. Tuve que salir unos días por negocios y Frank me dijo que no te llamara tan seguido o terminaría cansándote y — dice tan rápidamente que no logro entender todo en un principio

— ¿Frank? — pregunto sin saber de quién habla— ¿Porqué te dijo eso? Nunca me aburriría de ti, ni en un millón de años

— Lo siento — dice risueñamente — Frank es  mi manager, me gustaría que lo conocieras, lo traje conmigo ya que no sabía si te encontraría aquí. Te llamé ayer en la noche, pero no me contestaste, supuse que estabas fuera o algo así. Pensé que no habías venido ya que no te vi en la barra ni en ninguna mesa, pero luego te encontré conversando con alguien más

— Me encantaría conocerlo. Anoche salí, por eso no pude contestarte

— ¿Y John?

— Sí, sobre eso... John esta atendiendo unos asuntos familiares, es por eso que no me viste sentada, lo estoy cubriendo

— Oh — responde —. Te ves muy bien así por cierto, como gerente — agrega

— Gracias — la sangre se agolpa en mis mejillas, siento mariposas en el estómago

— Bueno, en realidad me gustaría que conocieras a Frank — insiste

— Sí claro, solo permíteme ver que todo esté bien y me doy una vuelta por allá

— Perfecto. — sonríe— te espero, estamos en aquella mesa de allá

— Sí, ya voy — digo con una enorme sonrisa. No puedo evitar sonreír, vino solo para verme, para poder saludarme, dejó a su manager sentado esperando para venir conmigo. Dios, ¿Qué tiene este hombre?

     Michael da la media vuelta en dirección a su mesa, y yo en dirección a la cocina. Detrás mío seguían los chicos, no se habían ido. Que curiosos, les pregunto por el motivo por el que siguen ahí en susurros, pero esta fue su única respuesta

— Uuuuuuy — dicen al unísono

— ¡Cállense! — susurro para que no escuche — los va a escuchar

— ¿Y qué? — dice Steve — ¿Te avergüenza?

— Calla — le digo y hago un ademán para que me acompañen —  ¡Vengan!

Love is in the air — cantan, les hago una seña para que guarden silencio, pero no se callan, solo cantan en voz más baja — everywhere I look around

Michael Jackson| Mi Otra MitadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora