Triste habitación parte 1

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Se forma un nudo en mi garganta, apenas puedo respirar. Tienes que ser fuerte Grace, por él, el lo ha sido, y ahora es tu turno. No te atrevas a llorar, a vacilar, trata de alentarlo, tienes que ser fuerte por él. Se lo debes. Quiero serlo, quiero ayudarlo a que deje de llorar, decirle que todo va a salir bien, pero no puedo. No logro hacer que las palabras salgan, por más que quiero, no puedo. Lo único que hago es abrazarlo, es lo único que puedo hacer. Ni siquiera tengo voz para decirle que yo estoy y estaré ahí con él, y con ella, que no necesita preocuparse por nada, porque yo estaré ahí, cuidándolo y viendo por ellos. Mareo. Me duele la cabeza, y se me revuelve el estómago, mi único apoyo es él, cuando yo debería de ser el suyo. ¡Di algo! ¿Qué clase de amiga eres? ¿Vas a dejarlo así? No, no puedes. No le demuestres tu dolor cuando el suyo es más grande, no te quedes callada cuando necesita que digas algo... ¡Apóyalo!

— John - digo por fin. ¿Pero que le puedo decir? ¿Qué puedo decir que no lo moleste, que no le haga más daño? No sé que decir, por lo que sigo callada, el sólo se agarra más fuerte de mis ropas - yo estoy aquí, y voy a estarlo siempre

No hubo respuesta, solo un quejido y más sollozos. No esperaba que la hubiese, no creo que se tengan ánimos de hablar cuando te dicen que tu madre tiene cáncer. Tal vez es mejor permanecer en silencio, hasta que se calme, él sabe que estoy ahí, y la mejor manera de demostrarlo es simplemente abrazándolo hasta que saque todo. Después de todo, algunas veces es lo mejor que se puede hacer.

— Lo sé — dice finalmente con voz temblorosa y respiración más calmado — es por eso que acudo a ti — otra pausa. La sala se inunda de leves y  más calmados sollozos, los cuales poco a poco disminuyen. Aunque él se encuentra cada vez más calmado, yo siento que las lagrimas se agolpan en mis ojos, no quiero ni debo llorar, mas sé que si lo miro a los ojos lo haré — ¿Porqué a ella? ¿Porqué a nosotros?

— No te preocupes John — digo cual madre tratando de calmar a sus hijos, escondiendo detrás de si un mar de lagrimas y desesperación — todo va a estar bien

— No me digas eso — esta ves me mira a los ojos descubriendo los suyos, los cuales estaban rojos y llenos de lagrimas como era de esperarse. Mi corazón se rompe, y siento las lagrimas más cerca que nunca, por lo que desvío la mirada —todo el mundo me lo dice — dice alterado — los doctores, las enfermeras, e incluso ella. No soy un niño pequeño ¿Porqué me siguen diciendo eso? Sé lo grave que es el cáncer, y que esto incluso podría matarla. Lo sé, yo lo sé

— Lo siento — digo al verlo nuevamente llorar gracias a mi, lo he hecho llorar. Muerdo mis labios para no llorar, tanto que puedo sentir el sabor metálico de la sangre, pero ni siquiera esto me impide hacer que lo que no quiero hacer. Las lagrimas brotan de mis ojos, se sienten helado el rose de estas con mis cálidas mejillas ¿Qué me pasa? Deja de llorar, no lo hagas ¡Para! Pero con cada pensamiento de estos más gotas brotan. La cabeza me duele horrible - lo siento. Juntos podemos sacarla adelante, ya lo verás. Te lo prometo

No sé como, pero logro detener el llanto, y busco en lo más recóndito de mi ser algo que me de fuerzas, algo que me ayude a no llorar, o algo que me alegre un poco. Sin embargo no me perdono el llorar, ¿Quién soy yo para llorar cuando él es el que sufre más? ¿Quién soy yo para sentirme mal? Pero ella es como mi segunda madre, la quiero tanto, y sé que ella también me quiere como su hija, y es precisamente por eso que quiero llorar.

— No prometas algo que no podrás cumplir— musita — no sabes si todo estará bien, no hay manera de que lo sepas

— Yo lo sé John, y vamos a hacer todo lo que esté a nuestro alcance para ayudarla. Eso te lo prometo — digo firme, mas cariñosa

Después de algunos minutos finalmente logró dejar de llorar, y es entonces cuando entra en detalles.

— Es cáncer de ovario, en segunda etapa — dice todavía reteniendo sus lágrimas — lo único que no le ha permitido entrar en la tercera etapa, es que no ha habido metástasis — no puedo evitar cubrir mi boca con mis manos

Michael Jackson| Mi Otra MitadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora