[...] ¿?
Los cuatro demonios mayores comenzaron su misión de abrir la salida/entrada de la dimensión. Siendo sincero, Jonathan no sabía qué tenían que hacer o cómo lo harían, así que solamente esperó. Después de una buena media hora, algo parecía haber cambiado en la Puerta, pues se sentía una energía emanando de esta. Pero debía admitir que se seguía viendo intraspasable.
"Es inútil, ¿Qué estamos haciendo que ese mortal no?"
Lilith también parecía enfurecida, las serpientes que salían de sus ojos no dejaban de sisear. "Debe haber algo que solamente Lucifer sepa y le haya contado."
"...en efecto."
Y así es que Leviatán, el portero de Lucifer, se hacía presente.
"No lo entiendo, ¿Por qué irías en su contra?"
"Estoy harto, ese 'hijo' que dice tener, su 'Príncipe', ¡No! Nosotros somos los príncipes y, en tu caso, princesa, del infierno. No ese niño nefilim con aires de grandeza. Llámenme envidioso y lo aceptaré con gusto, pero no pienso permitir que se salga con la suya, ya no más," tomó aire. "Conozco el truco que usa para abrir las puertas y portales, solamente necesito de su energía, acabemos con esto."
Y así fue como finamente, con la cooperación de los cuatro demonios, el acceso terminó de abrirse. "¿Es con dirección?" Preguntó el cazador.
"Hacia la Tierra de las Hadas."
El rubio frunció el ceño, recordando que la vez que lo atravesaron por allá, había una niebla oscura que destruía lo que tocase, cortesía del Príncipe Hada, ¿Cómo lograría ir a algún otra parte? Si aún tuviera su anillo esa podría ser una opción, pero no era el caso.
Asmodeus golpeaba el suelo con su pie, impaciente. Aunque tenía una pequeña sonrisa, después de todo, ahora su reino ya no se encontraba completamente aislado. "¿Qué esperas?" Le preguntó.
"¿Alguna última recomendación?"
"Mi hijo está allí, como prisionero. Infórmale de todo esto para que no trate de hacer alguna otra cosa estúpida, libéralo si lo consideras necesario."
Jonathan asintió y se dirigió decidido a la puerta. Lilith se le acercó, depositando un beso en su mejilla. "Espero que sepas lo que estás haciendo." Le susurró.
Pensó en ello por un segundo, y decidió dejar de hacerlo pues estaba muy seguro de que no le gustaría su propia conclusión. Decidió atravesarlo y se encontró con una situación diferente a la que esperaba. En lugar de toparse con esa extraña niebla, vio apenas a a tres nefilims, uno bastante joven y los demás mayores. Los últimos le reconocieron y se dirigieron a atacarle, hábilmente el rubio se hizo con dos espadas serafín de su cinturón de armas y se las clavó a ambos en el cuello. Vio al menor, que lo miraba atemorizado, mientras elevaba sus manos en señal de rendición, ¿De verdad podía dejar un testigo? De pronto un recuerdo le invadió.
"Al principio pensé- pensé que era lo que necesitaba y tú no parecías tan- ahora, verte tan crudo, ver que no te importa hacerlo es- Esto me supera, Sebastian."
"Nunca me habías llamado Sebastian. No desde que empezó todo esto."
"Sebastian era un asesino, pensé que no estaba con un asesino. Claramente, me equivoqué."
Esa conversación que tuvo en el departamento de Magnus con Alec, por haber sido parte de la tortura de la chiquilla rubia y antes de confesar sus sentimientos.
Sin pensarlo más bajó el arma que tenía apuntada al chico. "¿Cómo te llamas?"
"Isaías Villareal." Dijo rápidamente.
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Al Menos Una Luz
FanfictionAlexander Lightwood solía considerarse a sí mismo una sombra al lado de su parabatai, Jace, y de su hermana Isabelle. Gracias a su padre, Lucifer, quien le abrió los ojos con respecto a las malas personas que lo rodeaban y despertó el poder que pose...