[...] 18:52, 09 de Marzo, 2011. (Instituto de Nueva York - Nueva York, Estados Unidos).
Los únicos sonidos que se escuchaban en la habitación eran las respiraciones de los dos hombres presentes, y el tic tac de un reloj antiguo. La oficina del director del Instituto de Nueva York era un lugar en el que Robert no había estado en bastante tiempo, aunque no se veía muy diferente en comparación a cuando él tenía ese cargo. Podía quizá decirse que la limpieza más inmaculada, además que en la anterior posición del porta retrato que solía tener con la foto de sus cuatro hijos –y que se había llevado a Idris– ahora estaba un mini jardín zen, y donde él tenía su pisapapeles de base de oro macizo, estaba una agenda cubierta en cuero –su ex esposa siempre había sido una mujer muy organizada.
Después de terminar su mensaje de fuego con destino a Idris, donde comunicaba que Jia tomaba sus responsabilidades mientras él se quedaba en la ciudad por asuntos personales, decidió dirigirle la mirada, y la palabra, a esa otra persona en la habitación. Ese joven que no solamente había matado a su hijo menor, sino que por un tiempo secuestró a su hijo adoptivo, y luego huyó con su primogénito: Sebastian Morgenstern.
El parecido con su padre, el fallecido Valentine, era increíble. Recordó la vez que le juró total lealtad a su causa, poco después de la más grande discusión que alguna vez tuvo con su parabatai; el rubio se aprovechó de su confusión y debilidad, y aún ahora pagaba las consecuencias.
"Te preguntarás por qué te cité aquí."
"Honestamente, no. Supongo que es con respecto a Alec...xander."
"En eso tienes razón," el mayor se cruzó de brazos. "Verás, Sebastian, todos están ocupados pensando en maneras de 'rescatarle', y no los culpo. Sin embargo, hay una duda que sigue en mi mente desde la última vez que te entrevisté con la Espada Mortal, dijiste no tener plan alguno en contra de la humanidad. Pero veo acciones que mi hijo realiza por obvia influencia demoníaca, y tú apareciste en el reino de Lucifer al resucitar. No puedo evitar pensar que hay correlación."
En el rostro de Jonathan se notaba que estaba pensando muy rápidamente, quizá decidiendo si era conveniente responder con la verdad o no. "Es más simple de lo que parece, Lucifer ve a Alexander como su propio hijo, por la unión que ustedes hicieron entre él y Luzbel."
"¿Cómo puede ser posible? Los nefilims somos todos hijos de Raziel."
"Él ya no es un nefilim, esa era la misión que Lucifer me asignó, en compensación por todo el asunto de Edom. Tenía que 'influenciarlo', mi sangre demoníaca y todo eso, además de evitar que piense en ustedes. Los seres queridos podrían haber sido un gran inconveniente."
"Cuando interrogamos a Alec, él dijo que todos lo odiaban, ¿Tú lo convenciste de eso?" El Inquisidor elevó un poco su voz al hacer la pregunta.
"No fue necesario, Lucifer jugó con sus recuerdos, contaminando los más queridos y sacando de contexto otros. Hasta yo fui 'víctima' de eso, cuando fui en su contra, pues me di cuenta de que él no merecía algo así."
"¿Fuiste víctima dices?"
El rubio asintió, pensando en que nunca había tenido una conversación tan pacífica y continua con él. "Después de un tiempo, solamente dos cosas le unían aún a este mundo, el hecho de que Luzbel seguía 'viva' en el Infierno y mi relación... amical con él. Luego yo la maté en defensa de Alec, y cuando me quise ir contra la misión que me había encargado Lucifer, este afectó las memorias de Alec conmigo y culminó con ganar su influencia. Si lo hubiera sabido, que tan poderoso era para influenciar lo aun a la distancia, no lo hubiera dejado sólo ese día."
"Me es difícil creer que te decidiste por ir contra Lucifer."
"No es necesario que me crea, señor Lightwood. En fin... lo que el gran demonio quiere hacer a continuación, según recuerdo, es usarlo de arma contra lo humanidad, su gran venganza. Todo el asunto de las hadas, es algo que me atrevo a decir fue una coincidencia demasiado buena para él, creo que no tengo más que aportar."
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Al Menos Una Luz
Fiksi PenggemarAlexander Lightwood solía considerarse a sí mismo una sombra al lado de su parabatai, Jace, y de su hermana Isabelle. Gracias a su padre, Lucifer, quien le abrió los ojos con respecto a las malas personas que lo rodeaban y despertó el poder que pose...