Tus ojos me observaban con gran inquietud, y yo te observé de la misma forma con los míos.
Eres alto, y demasiado atractivo. Me sentía distinta, sentía como si aquella parte que exigía algo, lo hubiese encontrado. Como si un peso en mi hubiese desaparecido.
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Mi dulce despedida ©
NouvellesNo, no eras un principe azul, aún que te parecias, tampoco eras un caballero de cuentos de adas. Pero ¡joder!, eres el ser más perfecto que he presenciando, hasta tus defectos lo son, y aun que no lo quieras admitir, sabes cuan unico eres. Si contro...