Siento el medicamento arder en mi, y quemar todo a su paso. Duele, malditasea, duele. Sin embargo, sólo cierro mis ojos.
Quiero llorar y gritar, pero eso no servira de nada, tengo que ser fuerte, por más que cueste.
Tomo tu mano, debo de estarla tomando bastante fuerte, y perdón, pero no sabes cuan valiente me haces.
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Mi dulce despedida ©
Historia CortaNo, no eras un principe azul, aún que te parecias, tampoco eras un caballero de cuentos de adas. Pero ¡joder!, eres el ser más perfecto que he presenciando, hasta tus defectos lo son, y aun que no lo quieras admitir, sabes cuan unico eres. Si contro...