E iniciamos a charlar. Mis oidos se deleitaban con tu ronca voz, me encanta, todo en ti me encanta.
Charlamos de cosas absurdas, cualquier cosa que se nos ocurriera la decíamos. Reíamos como si fueramos viejos amigos, pero juro que los amigos no sienten esto que siento cuando te tengo serca.
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Mi dulce despedida ©
NouvellesNo, no eras un principe azul, aún que te parecias, tampoco eras un caballero de cuentos de adas. Pero ¡joder!, eres el ser más perfecto que he presenciando, hasta tus defectos lo son, y aun que no lo quieras admitir, sabes cuan unico eres. Si contro...