Mene mis caderas entre risitas. Anda cariño, baila conmigo.
Y eso hiciste, ambos reímos de cualquier cosa, te había pisado variedad de veces y me había disculpado el doble. Sin embargo, sólo reias, dandome el mejor de los espectaculos; el ver tus blancos y rectos dientes.
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Mi dulce despedida ©
Krótkie OpowiadaniaNo, no eras un principe azul, aún que te parecias, tampoco eras un caballero de cuentos de adas. Pero ¡joder!, eres el ser más perfecto que he presenciando, hasta tus defectos lo son, y aun que no lo quieras admitir, sabes cuan unico eres. Si contro...