Vas por el camino equivocado.

4.3K 287 10
                                    

Advertencia este pequeño momento puede que sea sólo Sterek. Y esto incluye un capítulo más largo, porque la verdad estoy planeando con este, sólo dos capítulos más para terminar la historia (^^) no me maten, sin más, disfruten la lectura.

En la oscuridad de su habitación, en otra un poco alejada descansaba un chico de cabello castaño, ojos whisky, que tenía lunares por todos los lugares conocidos y por conocer. Con un lobo negro encima suyo protegiéndolo de los tormentos de la noche. Pero él no lo sabía, había estado perdiendo tiempo a lado del metamorfo, coqueteando y besándose, no tenía idea que él hombre lobo dormía con él inocente adolescente que quería conseguir para Aro, abrió la puerta dislumbrando al chico dormir de espaldas, cerro con el cuidado necesario para no despertar al menor.
Pero no el suficiente para que un ser sobrenatural no se diera cuenta de su intromisión.
El lobo hizo cambiar su color de ojos al rojo imponente característico de los Alphas, eso le hizo retroceder, él chico literalmente se codeaba con lobos, estaba tranquilo con la bestia encima suyo, está gruñó mostrando los colmillos y alzando la cabeza intimidante, mostrando que se había metido en su territorio, donde sea que él castaño estuviera, era su lugar, porque no dejaría que atacarán al Omega; aún humano; de su manada.
Entonces su sorpresa fue mayor al ser atacado. No sólo por el Alpha, también por los betas, la chica rubia de ropa excitante y hasta vulgar; para unos; llego corriendo y casi arrancando la puerta de la habitación. Le seguía otro rubio de rizos, eso le pareció gracioso hasta cierto punto, claro, cuando no fuera él la presa. Retrocedió pegando sé a la cama por accidente. Mala idea cuando estás rodeado de lobos. Porque él mayor mostró los dientes mordiendo la primera parte del cuerpo a su disposición.

Esa fue una zona blanca como su brazo, los dientes se metieron en su piel rasgando la ropa, y segundos después el dolor llegó. La mordida de un hombre podría matar a un vampiro, o tal vez pasaría lo que pasó con Jacob, no estaban seguros. Pero nadie podría juzgarlos, Isaac reaccionó intentando que Derek soltará el brazo del chico.

—Suéltalo—mostró los colmillos intentando calmar sus ansias por gritar—Derek, por favor.

Las voces fuertes y los gruñidos casi guturales que salía de la garganta del lobo despertaron al bello durmiente. Quién los miro al ver como Derek soltaba el brazo para en fracción de segundos gruñir le con voz de Alpha ha su beta y luego volver a morder al chico, pero ahora en el hombro. Entonces al despertar entendió que todo andaba mal, realmente.

Las manos se deslizaron por el pelaje con calma, tocó aquel el lomo, acariciando con tranquilidad y amor. No era tan suave como se esperaba de un lobo, pero era la suficiente para que no quisiera tocar a nadie más de esa forma. La voz salió aguda por el reciente despertar, pero seguía igual de dulce y amorosa.

—Derek—acaricio cada vez más lento intentando que el cosquilleo en la planta de las manos quedará sobre el negro pelaje que se confundía con la oscuridad del cuarto—suelta ha Alec.

Le murmuró tan bajo, pero eso no servía para calmarlo. Estaba a punto de perder a su pareja y el golpeteo agudo que le hacía sentir los oídos vibrar como luego de escuchar un sonido demasiado fuerte, casí le deja sordo. Porque pensó que aquello que escuchaba en su cabeza era la lluvia de Forks, pero no era así, era el corazón calmado de Stiles, hasta su propio corazón, pero cuando una persona más se sumó a su habitación. La adrenalina le hizo latir tan rápido el corazón, que joder, aseguraba que moriría escuchando la lluvia que formaba.

—Derek—le dió un beso en la cabeza con calma—suelta al chico—sus caricias bajaron por su abdomen acariciando como sí de un perrito se tratará.

Beso su  nariz con amor haciendo que su mirara se unieran, no estaba dispuesto a soltar a su presa.

—Derek, estoy contigo—esas palabras retumbaron en la habitación causando en los betas un poco de descontrol—estoy contigo, con ellos, nadie podrá evitar que me quedé aquí—eso lo calmo lo suficiente para que se relajara.

Desde el crepúsculo hasta el amanecer.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora