No hay solución

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No crean mala a Leah. Pero hay que darle un ciclo fin. Después de todo ella no había terminado con Sam cuando descubrió a sus parejas destinadas. Por eso estamos dándole final. Salió romántico sin querer. Tampoco quiero que odien a Carlisle por esto, entiendan que Sam debía hacerlo. Y puedo asegurar que estará bien.

Estaba enojado. Vaya manera de tratarlo. Se retiró a la fiesta con la suficiente calma y resignación para que nadie se diera cuenta de la pelea entre el Doctor Cullen. Porque aún era orgulloso y nadie debía verlo romperse. Se quedaría, aunque muy dentro de él hubiera algo que no podría repararse, solo por Jacob aceptaría esta humillación, luego se alejaría sin dejarse ver, tal vez podría salir con la prima de Leah.

—No le has felicitado—Leah lo tomo del hombro asustando lo un poco—, creo que es lo correcto para que puedas salir corriendo después.

—No—nego tomando la mano que se encontraba sobre su hombro—, no voy a dejar que esto me arruine la boda de uno de los chicos—se dio la vuelta para tomar la mano de Leah acercándose como si fuera tan íntimamente aceptable y relacionado con ella—¿Me concedería un baile?

—La chica rió por lo bajo tomando sus manos—Me encantaría tener un baile contigo.

La mayoría de invitados (los no metamorfos) se les quedaron viendo impresionados. No sabían que ellos podían ser así. Es que la mayoría del tiempo se quedan callados y reservados en sus asuntos. La guío de la mano hasta la pista de baile, posicionó sus dos manos en la cintura de la chica, mientras que ella lo tomaba de los hombros. En esos momentos parecían una vieja pareja de enamorados que se estaban dedicando a bailar en su modo y mundo.

Leah estaba luciendo un hermoso vestido negro, que resultaba imposible no verla, no era ajustado a su silueta, pero en la manera que resaltaba la cintura dejaba interesados a unas cuantas personas.

—¿Entonces estás perdido?—le murmuró riendo mientras se acercaba a su oído—¿O lo vas a ukear?

Se sonrojo; en un intento torpe de ocultar su sonrojo que amenazaba con cubrir su rostro; se ocultó en el cuello de Leah haciendo la escena un poco más comprometedora gracias a la risa tan calidad e infantil de la chica.
Tres pares de ojos los observaban casi analíticos. Estaban disgustados hasta cierto punto con esa cercanía misteriosa.

—Eres adorable Sam—se puso a jugar con su cabello enredando sus dedos en el negro azabache—lamento no poder estar enamorada de ti.

Salió de su cuello, la tomo de las mejillas acercándose a su rostro con una sonrisa ladeada. Una que a cualquier chica o chico enloquecerá, pero que a Leah le hacía sentir un vacío en el estómago. Porque estaba perdonando la, estaba diciéndole que todo estaba como debería y que nadie podía evitarle sentir como si el ciclo se hubiera cerrado a medias.

—Lo entiendo—junto sus frentes con delicadeza robándole un beso lento en los labios.

No se quejó, los dos lo necesitaban. El hecho de que se hayan dejado porque Leah encontró a la persona destinada para ella, no quería decir que no se amarán. La persona que los separó con una risa estruendosa acompañada de una sonrisa comprensiva fue Stiles que los sorprendió.

—Lo conseguiste, Sam—le guiño un ojo risueño al mayor, ladeó la cabeza a la derecha dándole una señal muda—procura que tú mundo de maravillas no se derrumbe otra vez.

Los dos enrojecieron hasta las orejas, él chico era un misterio que llegaba a sorprender. Entonces se dieron cuenta que todos los invitados los estaban viendo, hasta Jacob que le daba una mirada de advertencia a Sam.

—¿Lo regamos?

—Lo hicimos.

Los dos se liberaron en risas estruendosas y decidieron que estaban bien. Nadie hablo, no hacía falta. Se acercó sonriendo hasta el novio de la boda; con la sonrisa bailando le en los labios.

—¡Jake, felicidades!—el abrazo le salió efusivo, con ese toque de cariño revelador que no solía mostrar.

—Gracias, Sam—el Alpha le devolvió el abrazo—¿Qué fue eso entre Leah y tú?

—Nada, eso ya no fue nada.

—¿Se perdonaron?—la voz casi se le sale como un murmullo. Era un tema delicado entre la manada.

—Nos entendimos, nos despedimos, no éramos más que dos niños perdidos—le sonrió sin soltarlo del abrazo, sabía que los vampiros y lobos lo escucharían, pero no estaba importando—le di su paz, después de todo como niños perdidos, los dos debemos ser libres.

—Ve el lado bueno—le susurró con suavidad, estaba feliz con el resultado—Stiles vió algo que tú no.

—¿Tanto confías en el humano?

—Tanto, como que podría matar a una manda de lobos—palmeo la espalda al separarse—y que ya ha enterrado un par de cuerpos antes.

—se puso a reír soltando lo por completo—pero dejándose guiar por tus palabras, debo decirte que me iré un tiempo, la manada estará en tu poder.

La mirada triste y algo amarga de Jacob le hizo cuestionarse si estaba haciendo lo correcto. Porque dejarse llevar por las emociones no estaba en sus planes.

—Se que no suena demasiado cuerdo de mi parte.

—No—alzo las cejas; el lenguaje cegil de Derek se le estaba pegando—¿Tú crees?

—Jacob, necesito otros aires—hablo con un tono de voz comprensivo hacia sus reclamos—regresare para cuando tengas a tu primer Beta oficial—prometió, pero se sintió como si estuviera mintiendo—, pero si no logro regresar, llegaré cuando tengas a tu primer cachorro.

Esta vez no se sentía como si mintiera, sintió muy en el fondo suyo que estaba diciendo la verdad.

—Sam—se quito el collar que había Sido parte de su regalo—toma, cuando regreses sabremos que eres tú—se lo puso en las manos haciendo que lo acepte—no olvides nunca que aquí tienes una familia.

Asintió con ganas de negarse, pero estaba bien, todo estaba en su lugar, su casa, su destino. Tuvo que alejarse cuando Renesmee llegó gritando y brincando para abrazar a Jake, parecía que la familia Cullen-Black sería muy feliz. Se retiró con un nudo en el estómago, pero con la felicidad latente en su corazón. Carlisle Cullen no hizo nada para evitarlo, y eso estaba bien, porque sabía que no era para él.

Bien, ahora sí creo que es el final. Sé que he dejado un final abierto. No me odien.


Desde el crepúsculo hasta el amanecer.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora