No hay una explicación

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Advertencia momento Embry x Alec. Mención del Sterek y Edward x Jacob. Intento profundizar un poco en esto antes de darle el gran final con el último capítulo. En el siguiente capítulo veremos el punto de Leah y Seth, seguido de nuestro final grandioso con todos los enigmas que pueda responder. Lo de Alec acabo de inventarlo, porque no encontré una respuesta coherente a lo de la mordida en internet, así que intentaré darle el realismo posible.

Entonces despertó luego de una semana, Embry lo miraba mientras tenía un moretón en el ojo por la reciente pelea. Entendía porque lo miraba ha punto de soltar un mar de lágrimas, él se preocupo más por verlo herido. Lo tomo de la ropa jalandolo hacia el, sólo para fundirse en un abrazo casi asfixiante. Pero sólo se lo toleraba a él. Entonces escucho las voces muy cerca, le golpeó el ruido dejándolo casi sordo, eso era absurdo, estaba entrenado para usar el oído sin problemas, pero ahora parecía más sensible de lo normal.
Entonces un grito poco masculino le hizo erizar, estaban a fuera de la casa y podía escucharlos hasta sí su corazón sufría una arritmia en ese momento, o eso pensaba. Ya que el primer olor que llego a sus fosas nasales distrayendo lo fue el de su pareja, olía a felicidad con un poco de emoción y debajo de ello se encontraba ese olor natural a bosque, frutas y liberta.

¿Desde cuándo sabía ha que olía la libertad?, ¿O la felicidad?, Se animó a hablar para dejar de pensar cosas absurdas.

—¿Qué pelean?—pregunto bajo teniendo que arruinar el momento.

—Eres un idiota Alec—remarco ocultándose en el hueco de su cuello.

—rio, no era muy afectuoso pero era feliz—pregunto, porque tú linda carita está arruinada.

Escucho su corazón acelerarse, y pudo apostar que sí ese el olor a enamoramiento, haría cualquier cosa para que siguiera ahí, se acomodó más en sus brazos acariciando la espalda del menor en edad mortal, mientras aseguraba que no estaba en mejor que en los brazos del chico.

—Seth—murmuro bajo besando su cuello—había estado actuando como idiota y me pegó un golpe en la cara.

—Eso no fue nada amable—ladeó la cabeza dándole más espacio.

Tomo eso como una señal para quedarse en ese lugar y poder besar su ahora tibia piel, que ya no le extrañaba tanto después de una semana sin saber que diablos le pasaba. Acarició el cuello con cuidado antes de suspirar al llenar sus pulmones de ese ahora a tierra húmeda y algo parecido a flores silvestres.

—Tampoco lo fue que te desmayaras—ronroneo como sí tratará de un felino—y mucho menos que hayas asustado a Stilinski.

—sus manos acariciaron la columna remarcando cada vértebra con un amor impresionante—Fue mi culpa, entré al cuarto del chico, estaba buscando mi habitación.

Mintió, de la manera más descarada que se pudo imaginar, pero estaba entre querer entregarse a los brazos del chico, o preocuparse porque Aro lo mataría por no conseguir a su nueva adquisición. Entonces sin querer apretó más el cuerpo ajeno al suyo, intentando que ese suave palpitar y su calor se quedará impregnado en su piel.

—Eres un horrible mentiroso—tomo sus mejillas entre sus manos—puedes quedarte aquí, conmigo, por lo que nos resta de vida.

Dudo, por primera vez en su vida inmortal dudo sobre dejarse arrollar con esos sentimientos que le desataban un nudo de intranquilidad en el alma y le cegaban rogando por más de ese toque casí infernal. Dudo por esas facciones finas, pero masculinas que le daban la bienvenida todos los días al salir el sol y le daban un beso de buenas noches antes de ir a casa.

Tartamudeo con algo de elegancia, aún era un vampiro viejo que miraba todo con un ojo casi crítico, pero se dejo esas cosas estúpidas en su corazón y vocabulario. Sólo para tirarse encima y aplastarlo sin importar el ruido seco que hizo la espalda del chico contra la madera de la casa, tampoco le importo besarlo en los labios como sí la vida se le fuera en un segundo.

Desde el crepúsculo hasta el amanecer.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora