No lo era, nunca fue para él. El destino nunca fue gran conocedor de quiénes pone en el camino para hacernos sentir felices y amados. Nada más que hacer, solo sentirse libre al volver a correr por la espesura del bosque de Forks. Un collar de Trisquel plateado colgando de su cuello brillaba cuando fue recibido por vampiros y lobos por igual. Entonces tuvo que retroceder, aún en su forma humana tenía que tener cuidado.
Un gran lobo salió entre los menores, todos los Betas agacharon la cabeza en forma de respeto. Jacob recuperó su forma humana al reconocer el collar, hace tiempo que sabía que regresaría, su instinto de manada le había dicho.
—¡Sam!—se lanzó dándole un abrazo sin importar su desnudez.
—Jacob—devolvió el abrazo—, he traído a una personita conmigo.
Cuando dijo aquello, detrás del de piel morena salió un niño. Uno de no más de diez años de edad, cabello negro y unos peculiares ojos azules. La piel trigueña parecía ser heredada de su padre.
Se veía serio, pero al mismo tiempo apenado, como si estar enfrente del mayor hubiera algo que le causaba esa reacción.—¿Quién es este amiguito?—se agachó a la altura del chico, su carita se veía llena de pequitas le parecía linda.
—El es Sirius—susurro tomando al chico de los hombros empujándolo hacia adelante—es un amigo del cuál me hago cargo.
—Hola, soy Sirius—extendió la mano olvidándose de su pena—papá Sam habla mucho de ti. Dice que conoces a un chico que es un hombre lobo.
Él chico parecía emocionado. Jake se quedó nudo ante la parte de su padre, pero tomo la mano con educación, era totalmente comprensible ante tal noticia.
—Sí, conozco a un par de hombres lobo.
—Miro a Sam ilusionado—¿Creés que sean de nacimiento como yo, papá?
—Derek lo es—le contestó sin ser él a quien interrogaba—es un gran lobo de ojos rojos.
—¿Cómo los míos?—el chico cambio el color de sus ojos por unos brillantes y muy bonitos de color rojo.
—Como los tuyos amigo—le dió una mirada acusadora ha Sam—¿Te gustaría quedarte en casa para conocerlo?
—Sí, Papi, ¿Podemos?
Él azabache casi saltaba de la emoción por conocer gente nueva. Tomo la mano de Jacob con gran emoción para que esté lo guiará hasta su casa. El moreno solo sonrió soltando su mano y transformándose. Sam ayudo a su hijo a subir al lomo de Jacob, está de acuerdo con ello.
—Recuerda que hemos venido a ver a E.J—le dijo al menor con voz calmada siguiendo al lobo entre la espesura del bosque.
El bosque de Forks estaba calmado a esas horas de la noche, el disfrutaba de una manera calmada del aire fresco. La manada los estaba rodeado. Entre ellos pudo ver ha Alec, Edward hasta Leah estaba siendo seguida por Rosalie de cerca. Algunos de los Betas menores les habían avisado del intruso.
La casa estaba cerca de donde lo habían acorralado.Luego de pasarse un rato caminando entre árboles, ramas rotas y algo de tierra mojada, llegaron a la casa donde los estaba esperando Alice con Jasper, que los miro sorprendido y se acercó mirándola al chico que traía Jake en su lomo.
—¿Qué pasó, Edward?—cuestionó mirando esos ojos azules cual zafiros—¿Y ese niño?
Cuando se sintió observado, mostró sus ojos rojos en signo de advertencia, aunque se suponía que un Vampiro era más fuerte que un hombre lobo, este apenas era un niño que no sabía casi nada de su especie.
—Es mi hijo—Sam cargo al pequeño cachorro con cuidado—me estoy haciendo cargo.
Jasper le sonrió al ver que consiguió una familia. Leah lo estaba mirando atenta y se acercó a él ya luego de tener su forma humana hasta su ropa puesta.
—¿Cuantos años tiene?—cuestionó observando al niño, antes de devolverle el cabello.
—Es un año menor que E.J
Cuando dijo aquello, un niño de cabello color cobre salió de la casa a gran velocidad, ojos oscuros como los de Jacob. Una estatura promedio, la piel tan pálida como Edward. Los colmillos resaltaban manchados de sangre, al parecer apenas estaba aprendiendo a comer de manera adecuada.
Jacob recuperó su forma humana para poder vestirse y abrazar ha su adorable e inocente; no conocía de lo que era capaz; hijo. El niño se veía emocionado al ver al menor.
—Papá—señalo a E.J con sus pequeñas manitas e inocente—es mío, papá, mío.
Y aquello dejo mudos a todos. Habían aprendido algo de hombres lobo luego de tantos años conviviendo con algunos. En el caso de Alec era diferente, algo parecido a un híbrido.
—No es tuyo—nego por lo bajo para calmarlo.
El único que veía la escena con una mirada de reproche era el doctor Cullen. No esperaba que le coqueteara, o que aún le gustará, pero un saludo era lo menos que podía recibir en esos momentos.
—Huele a mío—declaro bajando de los brazos de Sam—es mío, quieras o no—declaro con los ojos rojos que a muchos intimidaron.
—Edward, creo que deberías llamar a los Hale-Stilinski—por primera vez en toda la conversación el mayor de los Cullen interrumpió—su hijo es un hombre lobo, mucho mayor y ellos sabrán porque declaró a E.J como suyo.
Todos observaron a los menores abrazarse, como si una fuerza magnética los mantuviera unidos. Pensaban que solo era cosa de Sirius, por su naturaleza sobreprotectora, tal vez era su Beta.
—Me gustas—hablo el mayor con una sonrisa—papá dice que la imprimación se siente como si flotaras y me haces sentir eso.
El abrazo se volvió más receloso, como si nadie pudiera atravesar esa muralla de abrazos. Jacob casi entro en colapso nervioso, su bebé; era exactamente eso con once años, no podía estar seguro de que se haya imprimado de aquel chico que acababa de conocer, no quería aceptarlo, no estaba listo para perderlo. Después de todo no era posible, rara vez había escuchado de niños metamorfos imprimados a tan corta edad. Pero tal vez hubiera una regla escondida debajo de todo.
—¿Sam?—la voz suave y ya algo madura de Seth lo saco de sus pensamientos.
—Creo que necesito un doctor.
—Adelante, Carlisle te revisará—hablo con calma Edward invitándolo a pasar.
—No, no, no—nego efusivamente—necesito un doctor de verdad.
Él mayor se le quedo viendo con el ceño fruncido. Estaba enojado ante aquellas palabras, pero Sam estaba intentando no desmayarse. Su hijo, su bebé; aunque tuviera la madurez de un adulto, había encontrado a su pareja y era hijo de Jacob. Rogaba al cielo un poco de piedad.
Jakoaosm pobre Sam, ¿Por qué soy tan malo con él? Es que lo disfruto. Tal vez suba un par de extras.
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Desde el crepúsculo hasta el amanecer.
FanficElla había decidido por su hija aún podía escuchar los gritos devastadores de la pequeña, sus sueños le llevaron a aquella pesadilla donde la mataba arrancándole la cabeza, estúpido ritual, estúpida Bella queriendo romper el lazo que lo unía a su hi...