Extra: Soulmate

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Era irracional, inconveniente. Bueno en realidad los padres estaban que se subían por las paredes de la desesperación. No sabía con exactitud que era, él niño decía que era un hombre lobo, podía serlo, su mamá había Sido una gran mujer lobo y una excelente Alpha. Pero tenía sangre de Metamorfos corriendo por sus venas, por eso había llegado a ver a la familia Cullen.

Su hijo, porque lo era, estaba emocionado al estar rodeado de otros seres sobrenaturales. Habían estado siendo cazados por una familia totalmente desesperante, se habían llamar los Cacciatori. Un nombre ridículo, pero fue devastador encontrarse con ellos.

—¿Te sientes bien, Sam?—la suave voz de Seth le hizo sonreír aunque sea un poco.

—No, necesito un doctor—se recostó en el sillón mirando a su hijo correr detrás de E.J

—¿Qué fue de ti estos años?

La voz ruda y aterciopelado de quién había Sido su Crush; palabra que había aprendido y no sabía exactamente porque la usaban. Intento ignorarlo, pero no podía, su olor, su presencia, su forma de mirarlo, maldecía su atracción.

—Si Sam, ¿Qué fue de ti?

Respiró profundo cuando su ex Beta le traiciona de esa forma sin darse cuenta.

—Conocí a Sandra cuando me fui de Forks—murmuro evitando mirar a Carlisle Cullen en todo momento—tenía los ojos de un azul taciturno como Sirius, esa mirada fiera fue herencia de ella.

Sonrió aunque no era totalmente consciente, había Sido su amigo, el padre de su hijo y el amante callado que apoyaba a su pareja aunque está no superará el pasado. Su hijo fue lo que permitió quedarse a lado de aquella chica, sus ojos de Sirius le hacían en ella. Cuando veía como sonreía mostrando unos adorables dientes de conejo, y eso solo se vía remarcado por sus hoyuelos.

—¿Se parece a ella?—pregunto curioso.

—Tiene sus ojos, eran un par de zafiros de un azul eléctrico—sonrió con nostalgia mirando a su niño—su cabello azabache era igual de oscuro, muchos decían que se parecía a la piedra ónix. Aunque yo creo que es más como la noche.

Carlisle lo observó atento. No podía creer que Sam estuviera comprometido y con un hijo, que había heredado su piel trigueña, su ceño fruncido y su manera de ser algo impulsiva.

—¿Ella es tu imprimación?

—Sam negó varías veces—Yo era su destinado, pero ella no era la mía—suspiro de manera pesada—, su Druida aseguró que no lo era. Que yo había nacido para estar con alguien que debería ser muy grande. Ella era la que estaba destinada ha que yo fuera suyo para hacerla feliz—miro a Seth con un vacío que hasta él Cullen mayor pudo notar—hasta que ella muriera, porque no estaba destinada a vivir lo suficiente.

Se sintió mal por su amigo. Porque ahora que no era el Alpha gruñón de la manada, podía verlo como eso, un amigo más que estaba sufriendo en una situación insólita.

—Debe ser horrible verla todo el tiempo en Sirius—hablo mirando al niño que ahora reía ante Rosalie que preparaba algo de comida.

—Es horrible saber que mi hijo estuvo presente cuando ella murió—apretó los puños enderezando se—los malditos cazadores lo querían muerto. Es la cría de una mujer lobo y un metamorfo, aunque haya posibilidades que sus genes sean totalmente de un lobo...

—Existe la posiblidad de que sea algún tipo de Metamorfo—le interrumpió el vampiro mirando preocupado al chico—y por si fuera poco, un Alpha con una línea de sangre ininterrumpida.

Seth los miro con asombro. Estaba la posibilidad de que el chico sea un hombre lobo, un lobo o pudiera ser un metamorfo de otra clase. Uno poderoso ya que corría sangre totalmente pura por sus venas. Estaba aterrado, eso quería decir que al niño le esperaba un mundo de cabeza.

—Vaya—una voz suave y algo gruesa por el crecimiento sorprendió a todos—así que no me estaban mintiendo.

Un chico que todos; la gran mayoría conocía, estaba caminando hasta el niño de once años, el cabello castaño y la mirada de bambi calmo a los niños. No era malo, esa persona irradiaba un aura de protección. Sam se sorprendió al no haberlo escuchado entrar, porque había estado tan pendiente de sus propios pensamientos que tal vez no escucho cuando el chico los estaba saludando.

—Eres... Eres maravilloso—se agachó a la altura de los dos niños mirándolos, como si nadie pudiera ver lo que él.

—¿Eres un Druida o Darach?—le cuestionó Sirius ocultando a E.J detrás suyo.

—Es inteligente—toco su frente con sus dedos haciendo que se quedará dormido al instante; casi no lograba atraparlo antes de que se lastimara.

—¿Qué le vas a hacer?

La voz inocente de E.J hizo que los adultos lo mirarán. El chico estaba tenso, sus hombros firmes y la mirada más intimidante que le habían visto en su corta vida; este era pensamiento de Seth y Carlisle.

—No le haré nada cariño—hablo dulce él chico de pecas, mientras cargaba al azabache al estilo princesa.

—Suéltalo—mostró los colmillos con furia—no puedes tocarlo, es mío.

Stiles retrocedió, no quería hacerle daño, apenas era un niño de once años (que estaba a punto de cumplir doce) y que quería como su propio hijo.

—Debo revisarlo, cariño.

—No, es mío. No puedes llevártelo.

—E.J, no es tuyo—le negó intentando calmarlo—, Sirius es un pequeñito.

La reacción del niño (tenía la fuerza de un neonato) fue gruñir mostrando los dientes. Era un instinto natural en todos los destinados. Cuando hizo morder lo (porque siendo sinceros no lo lastimaría) su hijo mayor aprecio sujetándolo.

—Cálmate Ed—era fuerte y cargarlo le estaba costando.

—¡Quiere hacerle daño a MÍ Sirius!

Pataleaba indignado, quería por lo menos encajarle los colmillos al mayor para que no tocará lo que es suyo. Su primo lo sujeto con más fuerza, era un Alpha cuando aprendió a controlar a sus Betas en las transformaciones; (Derek fue regañado por Stiles ante tales actos tan pocos humanos); había sido fácil someter al vampiro, pero este se resistía gritando y dando golpes al azar. Entendía la desesperación, lo mismo sintió cuando quisieron alejarlo de Lugh.

—Calma E.J—miro a los ojos color whisky de su padre—deben revisar a Sirius porque está malito—él niño lo pensó, lo hizo—y si no lo curan, se pondrá peor.

—Bien.

Acepto seco y de mala gana, solo pudo observar cómo se llevaban al niño más bonito, y como se acomodaba en los brazos de su captor. Una sensación burbujeante le hizo sentir dolor en su pancita, era como Miles de maripositas enojadas. Frunció su ceño llendo en busca de sus papás, los acusaría, Sam solo suspiró al sentir a Carlisle sentarse a su lado y tomarlo de las manos. Este sería el peor día de su vida.

Un extra de estos amores. ¿Creen que deba dejar a Sam y Carlisle juntos?, Yo me sentiría mal por Esme. Pero la pareja está hermosa. ¿Qué pasará con Sirius?, ¿Quién es Azazel?, ¿Cómo se llama el chico nuevo? Eso y más en el siguiente extra.

Desde el crepúsculo hasta el amanecer.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora