Desde el crepúsculo hasta el amanecer.

Extra: La reina y él rey.

Es el extra que me faltaba. Ahora sabrán que pasó con Orión y Jane un par de años más tarde... Yo lo siento, merecían esto y sé que es triste, pero planeo subir otra historia ¿Qué dicen?

Estaba acostumbrado a las visitas sorpresa de Jane. De hecho la mujer era preciosa, con ese cabello rubio casi platinado, con esa pequeña sonrisa (que a sus padres aterraba) que le hacia sentir un pequeño hueco en el estómago y un dolor algo intenso en el corazón. Es que esos ojos rojos habían dejado de darle miedo ya, el recuerdo de como le miraban con atención y casi con anheló le hacían sentir que la decisión que estaba por tomar sería para toda la vida la correcta. Aunque sus padres se negaron y su familia casi se echa ha llorar, ha era mayor para saber que quería y a quien.

Había Sido la experiencia más bonita de toda su vida, el día que lo había llevado al bosque mientras aún era Andrómeda se lo pasó increíble, le relato lo que hacían los vampiros italianos para que se mantenga la paz en su mundo. También le dijo que era un pequeño adorable de la nariz más delicada que había conocido y con la sonrisa más deslumbrante de todas, no sabía que había causado en la joven vampiro (de apariencia) pero sabía que le gustaba su atención.
Sobre todo cuando les gruñía ha los niños mostrándole los colmillos de una manera casi aterradora (a él le causaba gracia) porque los hacía con la intención de que los niños dejarán de molestarle. Más de una vez fue castigado a lo largo del mes que la chica se quedó, porque su padre no consideraba que fuera bueno que supieran que existían los vampiros.

—¡Vamos papá!—grito por décima vez tomando sus maletas—Se nos hará tarde, Jane se enojara.

—Cálmate Orión—le riño por lo bajo mientras cargaba las maletas que podía—faltan tu hermano, su novio y tú padre.

—Podemos dejar a Sirius—susurro bajo algo desesperado—E.J tiene el dinero suficiente para llevarlo a Italia.

—Orión Blevins Uley—le reprochó suave mirándolo—no empieces.

—Te olvidaste del Vulturi, papá—rió al ver el sonrojo extenderse por las mejillas de su Papi. No estaba seguro si era enojó o por pena.

—Aun no eres un Vulturi—declaro por lo bajo intentando no ver a su hijo a los ojos—todavía no.

—Pero tú ya tienes un pie dentro de los Cullen—rió dándole doble sentido a sus palabras. Ahora sí, el sonrojo en su rostro era de vergüenza.

Sintió un tirón en la oreja derecha que le hizo dejar de reír, los dedos suaves y alargados del que parecía ser su hermano le apretaron con fuerza, una inexplicable.

—Que seas un Alpha no te da derecho a lastimarme—gruño mostrando sus dientes en una sonrisa dolorosa.

—Deja de molestarle—palmeo su espalda al soltar su delgada y fina oreja—que papá se haya divorciado y él doctor Cullen haya quedado en conquistarlo no es su culpa.

—¿Por qué lo llamas Doctor Cullen?—cuestiono sobándose y olvidando un momento sobre su viaje.

—Sería raro que le llame padre cuando estoy saliendo con su nieto.

Se hecho a reír subiendo las maletas al carro, era cierto, sería totalmente absurdo. Cuando subió pudo ver cómo E.J estaba sentando jugando con su celular mientras esperaba que terminaran de cargar.

—¡Hola cuñado!—saludo entusiasta mirando sus sonrisas.

—Hola Orión—saludo cortés dejando todo para ayudarlo—¿Estás emocionado por ver a Jane?

La sonrisa que se le escapó por los labios fue de emoción pura, de estar cautivado. Se recostó sobre las maletas de ropa mirando a su cuñado con los ojos centelleando de la felicidad, extrañaba las manos frías de la chica, también su risa algo falsa cuando estaban enfrente de sus seguidores.

—¿Emocionado?—sonrió suave suspirando como un tonto enamorado—eso se queda corto con lo que siento cuando la veo.

E.J se rió suave mirándolo como se retorcía sobre las maletas y sonreía como tonto. Se hizo hacia atrás cuando Sirius le sorprendió robándole un beso en una posición casi incómoda.

—¿Qué le pasa ha Orión?—cuestiono dejando los labios de E.J con una sensación de vacío—parece una babosa a la que le echaron sal encima.

—Jane, está pensando en ella—rió saliendo siguiéndo a su pareja—dejalo ser, mejor ayudemos a tu padre.

Él chico con el cabello de colores sonrió mostrando sus pequitas tornándose de un color rojizo, las ventajas de ser un metamorfo. Tomo su mano como si fuera la cosa más delicada dejando a su hermano solo, que parecía estar en su mundo donde Jane lo abrazaba y le daba un beso en la frente.

—¿Qué tanto hizo Jane con él?—pregunto curioso alejándose lo suficiente del carro para no ser escuchado.

—Nada—alzo los hombros restándole importancia—solo fueron al bosque. Pero mi Papá dice que desde que se vieron hubo un Clik—suspiró un poco revolviendo su cabello frustrado.

—¿Estás preocupado porque lo transforme?—miro por última vez el automóvil antes de seguir su camino a la gran casa de la reserva.

—Por eso vamos hoy—gruño intentando no dejar su molestia ha la vista, sabía qué tanta ilusión le hacia ha su hermano y no quería arruinarlo.

—¿Qué?

—Ella lo escogió—escupió las palabras con enojo—y él acepto. Ya que es humano es un candidato perfecto para la transmisión del veneno.

—¿Cómo que acepto?—la voz se elevó un poco mirando a Sam que estaba parado en la puerta de la casa, con los ojos llorosos.

—Ella nació para ser suya—solto la mano de E.J por si entraba en fase—eso dijo Jane aquella tarde que regresaron del bosque. Mi padre le dijo que no lo obligaría a verla.

Sam se  limpio la cara con las manos sin dejar de ver a su hijo y yerno. Todo estaba bien, Italia sería un buen lugar y las visitas de su hijo serían frecuentes, se levantó cargando lo poco que quedaba, se acercó con calma hacía su familia y tomo a Sirius del hombro.

—Vamos—alento con calma sin dejar de ver esos lindos ojos—él la quiere, ella lo adora, después de todo es su cazador hijo de lobo*.

Nadie dijo nada, solo siguieron al padre que se despedía de su hijo con el pesar más grande del mundo, como lo haría cualquier ser humano cuando los hijos dejan el nido.

*En la última frase de Sam hace referencia al nombre y apellido de su hijo.
Orión Blevins Uley: Orión es cazador. Y Blevins significa Cachorro de lobo. Aunque suena mejor hijo de lobo. Si lo juntamos sería algo como: Cazador hijo de lobo.