Sonrió con dulzura, algo impropio en ella, pero es que era tan linda con esa sonrisa dulce que adornaba sus labios en aquellos momentos. Es que ese cabello cuidado como la mejor flor del campo, esos labios rojos como un par de fresas y esa piel blanca, tan blanca como la nieve. Un suave suspiro se deslizó por sus labios de manera descuidada.
—Es perfecta—murmuró por lo bajo, apoyando su barbilla en el torso de su mano.
—¿A quien ves?—Seth le cuestionó a su hermana mientras comía un sándwich.
—A nadie—agito las manos intentando restarle importancia—sabes que desde que me convertí en lobo no me he fijado en nadie.
Seth arqueo una de sus cejas de la forma más tranquila y dramática que pudo encontrar en su repertorio de expresiones.
—¿No tenías tú imprimación?—cuestiono por lo bajo hacia su hermana que se sonrojo aún sin querer en verdad.
Embry se atragantó con la comida mientras daba un par de golpes en la mesa sin tanta fuerza, porque podría romperse sí aplicaba más fuerza de la necesaria.
—¿Estás imprimada de alguien?—tosió con fuerza intentando que la comida no pasará para sus pulmones.
—Callate—rugio con voz gruesa—nadie debe saberlo.
—¿Ni yo?—reclamo bajo mientras observaba a los Cullen—me siento ofendido, soy parte de la manada.
Seth comenzó a reír mientras comía cada vez más lento, estaba disfrutando de todo ese escándalo que formaban sus amigos a la hora del almuerzo. Esme se acercó con cuidado hasta los chicos y les ofreció más comida. En ese precioso instante pudo observar aquella espalda ancha, gruesa y bien proporcionada de Emmett. Fue su turno de sonrojarse.
—Él lobito tiene gustos—Embry lo tomó por los hombros con delicadeza—¿no me prefieres a mí?
Un par de risas se escucharon junto a los invitados de la casa Cullen. Había pasado una semana desde que los testigos amigos de Carlisle llegaron a aquella casa. Embry se había decidido por estar en la manada con Jacob dejando a Sam, muy molesto pero lo había dejado.
Estaban apenados, los oídos y ojos de aquella casa estaban puestos encima suyos. No sabían como afrontar que ahora eran parte de los Cullen y que sus amigos los juzgaban con ojos críticos.—¡Embry!—Jake casi le brinca encima al chico al verlo ahogarse con la comida—respira amigo mío.
Él de ojos marrones abrazo a su mejor amigo de manera dramática mientras lloraba como niño pequeño o eso fingía hacer.
—¿Qué sucede?—enredo los largos dedos en aquel cabello azabache dándole suaves tirones para confirmar que lo estaba escuchando.
—Leah tiene una imprimación—murmuro tirando su cuerpo delgado sobre él chico.
Entonces fue turno de Jake de tirarse encima de Leah rogando miles de explicaciones que imaginaba nunca iba ha recibir. Pero lo contrario a lo que él imaginó sólo recibió un par de balbuceos y un sonrojo que se extendía por sus mejillas llegando hasta sus orejas dejándolas calientes.
—¿Es un chico?—cuestiono con voz dulce.
Un par de rostros se contrajeron de manera notable, sus ceños fruncidos dejaron en claro que esa conversación no era privada y que estaban dispuestas a descuartizar a quién le gustará ha la azabache.
—¿Te molestaría sí fuera chica?
—No Leah—nego tomando una de sus manos con suavidad—pero debo saber, ¿y sí te rompe el corazón?
El agarre en las manos que la sostenían le hizo saber que no importa sí le gustaba una linda, perfecta y muy preciosa chica o sí era un hombre alto, con ojos de tonalidad diferente y con una actitud fría. Lo que importaba es que sí moriría por amar a esa persona.
—Haré el ritual—apretó sus manos con fuerza y agachó la cabeza.
—¿Entiendes qué puedes morir?—la mirada preocupada de su amigo le hizo sentir culpable—ni Seth se arriesgaría a eso con tal de olvidar a ese...
La mirada enojada del menor le hizo callar. Sabía que meterse con la pareja de un lobo era terreno peligroso.
—Leah—él chico de ojos marrón era la voz de la razón—debo decir que Jake tiene la razón.
—Chicos, yo no quiero estar aferrada a ellas—sonrió evitando que sus amigos se preocuparan más por ella—además Jake no estaría con Edward sí no fuera por ese ritual.
Jake se enojo e hizo un pequeño puchero antes de abrazarla con mucha fuerza. Demasiada para un lobo y un vampiro juntos. Su sonrisa triste deslizó por sus labios hasta que él hermano de la chica le hizo soltarla.
—¿Dijiste ellas?
Su cara se sonrojo aún más si era posible mientras se ocultaba en el pecho de su Alpha, porque era quien podría salvarla del interrogatorio.
—Seth—la voz le salió más dura de lo que pretendía ser—¿quieres recordar quien es tu imprimación?
Cerro la boca concentrándose en comer. Era mejor no discutir con Jake enojado, había una pequeña línea entre fastidiar y enojar.
—Todos con alguien y yo tan sólo como un mundano—bromeo recibiendo miradas extrañadas.
—¿Qué es un mundano?—una voz extra les hizo dejar por un rato la plática.
—No le hagas mucho caso Eddie—sonrio señalando sus labios, exigía su beso—habla de unos libros a los que nunca les encontré sentido.
Su pequeña y suave risa relajó a todos los vampiros presentes que pensaban que los metamorfos eran peligrosos y muy temperamentales.
—¡Hey lobitos!—Alice se acercó con Jasper dando saltitos—Embry tendrá suerte con su pareja.
—¿De qué hablas?
—Embry, Alice puede ver el rumbo del futuro—le calmó con mucho cuidado—a lo mejor vio a tú pareja o te relacionó con alguien.
La sonrisa cómplice de Jasper le hizo saber que en eso tenía razón, o que tal vez se estaba acercando un poco a todo ese misterio que traía consigo la llegada de los Vulturis.
—¿Qué pasa aquí? —Rosalie los miró poniendo sus manos en su cintura con cuidado.
—Hablabamos de la próxima beta—Jake rió al ver a la rubia hacer muecas.
—¿Qué beta?
—La que salga con Leah o tal vez sea un Omega—le guiño un ojo divertido.
—No entiendo las tonterías de lobos.
Se dio la vuelta fingiendo enojo, aunque no estaba lejos de sentirlo. Ella quería saber que significaba ser Beta, Omega y Alpha. Lo iba a descubrir antes de que llegarán Aro y sus testigos.
Awww actualización. En verdad aún no término de decidir las parejas, mientras tanto pueden seguir votando chic@s.Feliz lectura a todos
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Desde el crepúsculo hasta el amanecer.
FanfictionElla había decidido por su hija aún podía escuchar los gritos devastadores de la pequeña, sus sueños le llevaron a aquella pesadilla donde la mataba arrancándole la cabeza, estúpido ritual, estúpida Bella queriendo romper el lazo que lo unía a su hi...