El aroma a huevos y tocino lo despertó. Un ligero sonido de ollas y utensilios provenía de la cocina del apartamento. El dormitorio estaba completamente a oscuras pero el reloj de su mesa marcaba las 7:30 a.m.
Era temprano. Muy temprano.
William Shepperd bostezó, estiró sus brazos por encima de su cabeza y rodó en la cama. Debajo de las sábanas sólo llevaba los pantalones del pijama. Juntó toda la voluntad posible y se levantó. No podía escaparle al desayuno que se estaba preparando en la cocina. En general, no podía seguir alguna dieta. Tampoco lo necesitaba.
Tomó una remera del montón apilado en un sillón, se la pasó por la cabeza y salió, acomodándose el cabello color avellana. En su casa siempre había gente: los asistentes de su padre, la publicista de su madre, los empleados de las distintas marcas que los vestían y la lista continuaba.
—...y dile a Natasha que puede aprovechar y visitarme. ¡Hasta puede venir a la premiere! Puedo conseguirle esa cita con Woody que tanto me ha pedido—Jennifer Shepperd lanzó una carcajada-Sabes que lo dice en serio—una pausa—Claaaaaro, Bobbie. Ajá.—otra pausa más larga—¿Has hablado con Will ya? Claro, entiendo. ¡Pensé lo mismo!—risitas—Está bien, le diré. Bisoux!
La excéntrica actriz de Hollywood colgó el teléfono y comenzó a revolver algo. Llevaba un kimono de seda celeste que usaba como bata y el cabello sujetado con palillos. Era carismática y brillante, pero para Will solamente era su madre.
—¡Willo!—lo saludó cuando lo escuchó arrastrar los pies por la cocina del loft. El apartamento en el que residían era muy diferente a la suite del Magnificent. El edificio actual había sido una fábrica, que luego había sido agarrada por un famoso arquitecto de la ciudad, por lo que era espacioso y ecléctico. Lo moderno y lo vintage confluían con éxito. La cocina, el comedor y el living eran un solo espacio luminoso y se conectaban de diferentes formas hacia el resto de la casa: para acceder al cuarto principal y el de huéspedes debían subir por unas escaleras de vidrio que cruzaban sobre el comedor; para ir hacia el de Will sólo tenían que encontrar el panel corredizo indicado que lindaba con la cocina y bajar unos pocos escalones hasta dar con él. La arquitectura de aquel loft era algo de otro planeta-Estaba hablando con Bobbie. Te ha dejado saludos.
Will se refregó los ojos achinados y tomó asiento en la mesada de la cocina. Allí solían desayunar todos los días, incluso cuando tenía todo el apartamento para él solo. Cruzó los brazos sobre la mesada y apoyó la cabeza arriba. Todavía tenía sueño.
Bob era su abuelo paterno y su máximo héroe. Había sido comandante aéreo durante la segunda guerra mundial y desde los años cincuenta era dueño de la mayor flota de aviones del país y tal vez del mundo. Prácticamente, todo lo que había en el JFK era suyo o alguna vez había llevado su nombre. Y más allá de eso, era el mejor abuelo del planeta. Camino a cumplir ochenta, aún daba fiestas en Calabasas —lugar dónde vivía—, se la pasaba donando dinero a cuánta organización sin fines de lucro se lo pidiera y adoraba a Natasha, su segunda esposa. Era vital, enérgico y genial. Todo lo que Will quería ser a su edad.
—¿Vendrá Natasha?—preguntó tomando rebanando una baguette.
—Ajá—Jennifer le pasó un plato a su hijo y se acomodó en un taburete—Fashion Week. Justo para el estreno.
Jennifer apenas había llegado y ya comenzaba a rodar el piloto de una nueva producción de HBO. Se había tomado el último año para ayudar en la dirección de la película dramática de su esposo, por lo que con ese nuevo show volvía a escena. Tenía un trabajo menos turbulento en la actualidad pero, durante los 90's y la primera década del siglo veintiuno, su nombre había estado en los encabezados de todo el mundo. Lester Shepperd le había cambiado la vida completamente: la había casteado para su primera película, dando comienzo a una carrera millonaria, y le había puesto un anillo en el dedo para el resto de su vida.
![](https://img.wattpad.com/cover/45360878-288-k983702.jpg)
ESTÁS LEYENDO
SQUAD
Novela JuvenilWHAT GOES AROUND COMES AROUND #PGP2018 Muñecas rotas. Papeles en blanco y agendas rebozadas. Little black dresses. Vestidos de satén y terciopelo. Sandalias de Manolo e infinitos pares de zapatillas blancas. Sex on the beach, Green Apple Martini y...