Capítulo 5

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Por poco se me salen los fideos al escuchar semejante noticia. Las imágenes que pasaba la televisión mostraban un ambiente descampado y sobre todo, muy turbio. La chica reportera se encontraba resumiendo los hechos, cuando de inmediato pasan al espacio publicitario.

Miré a mi madre, y ella estaba tan impactada como yo, o incluso más. Ninguna de las dos se atrevía a romper el hielo. Miles de pensamientos y teorías se cruzaron por mi cabeza en cuestión de segundos.

Aquellos cadáveres pertenecían a los alumnos de mi escuela, y aún no estaba segura si pertenecían a los de mi clase. La piel se me erizó de inmediato al pensar en Sehun, y en especial, en los órganos. ¿Será que él asesinó a toda esa gente de mi escuela, con la ayuda del tipo que vi el otro día? ¿O será que Sehun es cómplice de una red que trafica órganos? Cualquier teoría que me planteaba sólo hacía que el miedo se incrementara.

—Mañana no irás a clases. —Afirmó mi madre con sus ojos perdidos.

—No sé qué decir... ¿Es impactante, verdad? —Eso fue lo único que se me ocurrió. En un momento como este no sabía si reír o tener miedo. Creo que las dos cosas.

—De ahora en más, tampoco irás sola a la escuela. —Mi madre me miró seriamente. No me sorprende su decisión, yo en su lugar también estaría preocupada. Iba a decirle otra estupidez más cuando el teléfono de casa suena, haciendo que ambas nos sobresaltemos.

Mi madre se levanta y camina hacia la cocina para atender. Me quedo sola en la mesa y recién ahí me percato de que los fideos ya están fríos. Ya ni siquiera ganas tengo de comer. Es justo ahí cuando aprovecho y tomo mi celular, para hablar de la noticia con Mich.

Apenas desbloqueo mi teléfono y ya me encuentro con miles de mensajes del grupo de mi curso. Se ven que todos están preocupadísimos. Indago en el chat para ver qué pusieron, y los mensajes son más o menos iguales: ''¿están todos bien?'', ''¿alguien conocía a esos chicos?'', ''¿mañana habrá clases?'', ''ellos no son de nuestra clase, ¿verdad?'', y entre otros similares. Joder, todos estaban muy paranoicos.

Aunque me llama la atención el hecho de no haber recibido ningún mensaje de Mich. No es común que no me escriba cuando sucede algo importante. Empiezo a sentir miedo, cuando veo que su última conexión fue a las 6 pm, hora en que la vi por última vez. Todos los músculos de mi cuerpo se tensan, mi madre camina desesperada hacia donde estoy.

—Mich desapareció. —Mi corazón empezó a latir de forma anormal. En ese momento, lo primero que se me vino a la mente fue Sehun. —Su madre acaba de llamarme... y no tiene noticias de ella.

Mi madre tenía la voz demasiado temblorosa, siento que en algún momento soltará un sollozo. Por mi parte, también empecé a temblar, pero tenía que pensar con racionalidad.

—Cuando la vi por última vez estaba conmigo, y luego...—Iba a decirle que mi amiga fue a seguir a un chico misterioso, quien puede estar involucrado en una masacre, pero preferí mentir.

— ¿Y luego? —Insistió.

—Quiso... ir sola hasta su casa. —No sé si eso era muy creíble, pero otra cosa no se me ocurría.

— ¿Por qué?—Mierda, mi madre sí que era insistente.

—No sé... —Decidí mirar hacia abajo. —Juro que quise detenerla... pero... no me hizo caso. —Largué un pequeño sollozo junto con un par de lágrimas. No sé si en verdad me dolía que mi amiga haya desaparecido, o solo estaba llorando para que mi madre no sospechara. —Lo siento, mamá.

Cuando pensé que mi madre iba a volver a preguntarme más cosas, hizo todo lo contrario. Se acercó hacia mí, y me dio un abrazo que sólo las madres saben dar. Tan dulce y cariñoso, en sus brazos me sentí como si volviera a ser un bebé indefenso. Se me vino a la mente aquella noche, en la que mi madre me abrazaba y a su vez también lloraba por la desaparición de mi padre. Yo era pequeña y no recuerdo mucho, pero sin embargo, la desaparición de Mich me hizo derramar unas cuantas lágrimas.

El Chico Pálido ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora