Capítulo 34

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Bueno, ahora que la señorita Kim estaba agonizando en el piso, por fin pude disfrutar de su sufrimiento. Sé que yo podía ser demasiado cruel, pero ella también lo fue conmigo.

Ella no puede soportar el dolor mientras se queda a un costado de la puerta. Sehun, apenas la mira y se va rápidamente. Sin tener ni un mínimo de compasión por la Kim, yo también me voy de la oficina.

—Quédate aquí.—me dijo Sehun cuando se percató que yo iba detrás de él. Tomó mi antebrazo y sin preguntarme, me metió en un cuarto pequeño.

—Espera.—alcancé a decir antes de que se fuera. Pero ya era tarde, Sehun había bajado por las escaleras y yo me quedé encerrada en una habitación que desconozco. Él se veía más alterado de lo normal. ¿Quiénes podrían ser las personas que mencionó Kim?

Pensé en la policía. Pero era muy irreal que vinieran a rescatarme. Me senté en el piso, detrás de la puerta. Entonces, escuché unos gritos y disparos provenientes de la sala de estar.

No sé qué demonios sucedía allí abajo. Pero no podía quedarme escondida como una inútil.

Como Sehun me encerró con llave, la única opción era escapar por la ventana. Por suerte no me costó abrirla. Pero lo que sí me costó, fue tomar el coraje para saltar al tejado.

Conté hasta cinco. Respiré hondo y finalmente salté al vacío. No exactamente al vacío, sino que aterricé en el tejado más cerca de la ventana. La vista daba a un hermoso jardín lleno de vegetación... Ahora que me encontraba en el techo, ¿qué se supone que debería hacer exactamente?

Escabullirme era la respuesta. Con cautela caminé sobre el tejado, y traté de buscar alguna ventana abierta. No había rastros de nadie en una de las habitaciones. Sin muchos esfuerzos me metí dentro del gran ventanal.

Era una biblioteca que desbordaba de libros...La gran sala estaba llena de estantes de madera oscura, todo el piso alfombrado y un juego de sillones junto con una mesa ratona. El clásico estilo barroco y elegante de Sehun.

Investigué entre los libros que había, y la mayoría estaban escritos en un idioma incompresible...quizás chino o coreano. Busqué para ver si había algún manga, o tal vez algo de Yaoi. Pero no había nada. Sehun tiene gustos muy anticuados.

Merodeando por la biblioteca, pensé en que quizás podría haber un pasadizo secreto. Como eso de los que se ven en las películas. Tanteé en todos los libros con la esperanza de encontrar alguno de ellos que me de el acceso a una puerta. Pero nada...

Hasta que en el fondo de una estante llena de libros antiguos y pesados, había un pequeño libro que me llamó la atención. Me pareció haberla visto antes. Y así es.

Se trataba de la Biblia que había encontrado en el hospital aquella vez luego de que me atraparon en el bosque. La abrí justo en donde tenía una página que sobresalía. En ella, había un versículo bíblico remarcado con lápiz negro de forma muy desesperada.

(...) Y no es de extrañar, pues aún Satanás se disfraza como ángel de luz.

Jamás iban a dejar de sorprenderme las cosas tan raras que podría encontrar en la Biblia. De inmediato pensé en Sehun como ángel de luz. La diferencia es que él fue un ángel de oscuridad siempre.

Me senté en uno de los sofás para ver si podía encontrar otros versículos así o más raros que ese. Necesitaba pistas que me ayuden a salir de este lugar.

Entonces, pasé las hojas una por una y todo era más de lo mismo. Hasta que, hacia el final de las páginas, había una que me puso la piel de gallina. Se trataba de un mensaje escrito sobre unos versículos cualquiera. Ese mensaje tenía la misma letra que yo.

El Chico Pálido ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora