Capítulo II

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Ayşe Hafsa Sultán

Ven Lale. —dije, a lo cual ella vino de inmediato—

Se le ofrece algo sultán —me pregunto la Kalfa que siempre esta a mi lado, he decir que es más que eso, es la persona y amiga mas leal que he tenido en mi vida—

Ya llego a palacio Sumbul Ağa con las nuevas esclavas y telas —pregunte—

Ya Sultana, las esta integrando al Harén y las nuevas telas están en este cofre —vi que hizo pasar a unos Ağas cargando un cofre asta reventar de telas—

Dime algo Lale —dije admirando las telas que sujetaban mis manos— Mahidevran sigue comportándose arrogante con las demás criadas —pregunte para estar mas segura de lo que iba a hacer—

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Dime algo Lale —dije admirando las telas que sujetaban mis manos— Mahidevran sigue comportándose arrogante con las demás criadas —pregunte para estar mas segura de lo que iba a hacer—

Sigue igual Sultán, al ser la madre del şehzade Mustafa cree que puede hacer lo que quiera. —hablo mi vieja amiga, siempre me dijo que Mahidevran parecia impropia para mi león y no le creí, le había dicho que con una buena educación seria la concubina perfecta porque belleza no le faltaba—

Sí solo bastara con dar a luz a un şehzade, Fatma nunca hubiera perdido el titulo de sultán; dile a Sumbul Ağa que se prepare, iré personalmente a ver a las nuevas criadas, no quiero disturbios en el Harén.

Como usted lo ordene Sultán —hizo una reverencia y luego se retiro—



Tocaban la puerta, yo solo asentí a las criadas para que abrieran.

Todo esta listo como usted lo ha pedido Sultán. —me levanté de mi asiento y seguí a Lale—

Bien, vamos.

¡SU ATENCIÓN AYŞE HAFSA SULTÁN HAZRETLERI!

Todas las mujeres que estaban en el Harén me hicieron reverencia y bajaron sus cabezas

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Todas las mujeres que estaban en el Harén me hicieron reverencia y bajaron sus cabezas. Al terminar de hacerlo sus miradas estaban hacia a abajo. Observe a cada una de ellas, ninguna me convencia, pero luego vi una cabellera roja que aunque estaba sucia, no pasaba desapercibida. Me di la vuelta antes de irme y me acerque a Lale y le dije que llevara a aquella Hatun que capto mi atención.

Cuando regrese a mis aposentos, no tardo Lale en llegar con la Hatun. Y la puso enfrente de mi a una distancia considerable.

¿cómo te llamas? —pregunte, nunca levanto la mirada, ni siquiera por curiosidad—

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¿cómo te llamas? —pregunte, nunca levanto la mirada, ni siquiera por curiosidad—

Aleksandra... Aleksandra Lisowska, Sultán. —al parecer estaba nerviosa, Lale debió de dejarle bien claras las reglas—

¿de dónde eres? —al parecer no entendió mi pregunta y observe a Lale—

Es de Rohatyn, no comprende nuestro idioma sultana —asentí en forma de comprensión y vi que suspiro de alivio—

¡Bien! Lale estoy segura que ella es la indicada. Encargate de su educación y enseñale las costumbres de palacio, y cuando este lista, debes traerla a mí.

Como usted diga Sultán

Ya pueden irse.










Mahidevran Sultán

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Mahidevran Sultán

¡Sultán! ¡Sultán! —escucho que grita Esra, mi criada al entrar a mis aposentos—

Que sucede Esra —pregunte, al parecer había ocurrido algo grave—

Han llegado nuevas esclavas a palacio, Hafsa Sultán ha escogido a una de ellas.

Que hay de malo en eso —pregunte— aunque le lleve a la mujer mas hermosa de todo el mundo al Şehzade, yo aun sigo siendo la madre del Şehzade Mustafa, no es rival para mí.

Y entonces que hará —pregunto Esra confundida por mi calma e indiferencia—

Ya te lo dije, nada. Solo averigua quien es y ya veremos que pasa.




















EL SULTÁN Y HÜRREM [En Proceso] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora