FIVE

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There was a time, when I was alone nowhere to go and no place to call home. My only friend was the man in the moon and even sometimes he would go away too. Then one night, as I closed my eyes, I saw a shadow flying high. He came to me with the sweetest smiles told me he wanted to talk for a while. He said, "Peter Pan. That's what they call me. I promise that you'll never be lonely." And ever since that day... I am a lost boy from Neverland Usually hanging out with Peter Pan And when we're bored we play in the woods Always on the run from Captain Hook "Run, run, lost boy," they say to me, "Away from all of reality." Neverland is home to lost boys like me And lost boys like me are free Neverland is home to lost boys like me And lost boys like me are free...

No quería hacerla larga, por lo que dejé de cantar en aquella estrofa. No escuché murmullos ni nada, me asusté incluso más, sin razón aparente.

―Sorprendente ―me dijo Brown regalándome un gran abrazo―. ¿Cuántos más sintieron su infancia? ―algunos rieron al igual que yo―. Ambas lo hicieron muy bien, ¿no se merecen un aplauso?

Todos parecieron pensarlo y luego comenzaron a dar solo un aplauso, justo como se había pedido.

―Excelente, chicas. Ahora, ¿quién más quiere cantar?

***

―Lo siento, se me hizo tarde ―escuché decir a Mitchie luego de escuchar la puerta de la cocina abrise abruptamente.

―Ni cuenta nos dimos, mírale ve ―dije con sarcasmo.

―Descuida, cielo. Las últimas galletas siguen en el horno. Tú solo ayuda a tu hermana a lavar, llevaré estas a guardar ―señaló la caja de cupkakes que tenía sobre sus brazos.

―No, ni lo pienses ―la detuve―. Déjame robarte por lo menos tres, están deliciosos ―dije mientras me inclinaba y sacaba todas las que cabían en mis manos y brazos.

Mi mamá asintió y pronto se fue, apagué el caño y me senté a comer mis cupkakes.

―Me cansé de lavar, te toca ―señalé una pila de platos―. Me he lavado dos de esas, es un poco injusto.

Ella suspiró viendo lo que tenía que lavar y se agachó a buscar guantes.

― ¿Hola? ―alguien ingresó a la cocina abruptamente.

―Hola ―saludé mordiendo mis cupkakes. Era un chico, su cabello caía sobre sus hombros y tenia un pequeño flequillo, nada mal.

―Oh, hola ―su mirada estaba en mis cupkakes―. ¿Me invitas?

― ¿Para qué o qué? ―cuestioné haciendo una barrera entre mis cupkakes y él.

―Se ven ricos ―admitió. Y era cierto, mi madre cocinaba estupendo.

―Está bien, toma uno ―le señalé. Al ver que quería llevarse otro, golpeé su mano―. ¡Dije uno!

Escuché un golpe y cuando volteé, Mitchie estaba a mi lado embarrada de harina.

―Hola ―dijo tímidamente.

― ¿Trabajas aquí? ―le preguntó el chico con la misma cara que yo, confusión.

―A-ah, sí.

―Wow, sí que eres delicada ―reí ante lo dicho―. Me llamo Shane, los empleados seguramente me conocen ―embarró crema del cupkake en su dedo y se lo llevó a la boca. Me detuve antes de decir "yo no".

―Por supuesto, es un placer ―Mitchie sonrió, quizá demasiado.

―Ah, yo no, ¿quién eres? ―por alguna razón, su cara me resultaba extrañamente conocida y no me contuve, tenía que preguntarle ahora mismo.

CAMP ROCKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora