CAMP ROCK

NINE

—Entonces Lola dijo que John había dicho que Matt le contó que Sander estaba coqueteando con Caitlyn —le conté a mi madre mientras cortaba las papas.

—Oh Dios —mi madre llevó ambas manos a su boca—. Espera, ¿Barron no está enamorado de Caitlyn? ¿Sander y Barron no son mejores amigos? —me cuestionó interesada.

Así es, señores y señoras, gracias a mi madre yo había salido súper chismosa. Recuerdo cuando tenía catorce años y llamaba a mi madre, desde México, para contarle los chismes que me enteraba de la escuela.

— ¡Lo sé! —exclamé—. Al parecer comparten gustos —lavé mis manos al acabar de cortar las papas y cogí dos que mi madre ya había freído—. Pero, sé que no pelearían por una chica —metí las papas fritas a mi boca mientras hablaba—. Son muy buenos amigos como para hacerlo, lo juro y lo re juro. Y según tengo entendido, Caitlyn no siente nada por ninguno, así que...

En ese momento, Mitchie ingresó por la puerta, junto a una enorme sonrisa.

— ¿Qué te trae tan feliz? —le pregunta mi madre con un deje de burla.

—Quizá eso tenga nombre —me burlé ligeramente.

—Estoy... feliz —nos cogió por los hombros y nos sonrió intensamente mientras nos abrazaba—. Estoy feliz, alegre, contenta, ilusionada —suspiró.

—Sí, bueno, yo iré a ver al causante de esa felicidad, tenemos un tema pendiente —le guiñé un ojo a mi hermana y me despedí de mi madre con un gran beso en la mejilla.

Salí dando saltitos en los pequeños escalones de la cocina y busqué a Shane en donde lo dejé. No lo encontré.

— ¿Dónde carajos te metes, mocoso? —fruncí el ceño.

Decidí ignorar su ausencia y caminé hacía la cabaña en donde él parecía quedarse. Toqué su puerta un par de veces hasta que me abrió, junto a eso, con una gigante sonrisa.

—A ver, Shane Maximiliano Gray —comencé cruzándome de brazos—. ¿Por qué rayos no me esperaste?

—No me llamo Maximiliano —comentó con una ceja arqueada, con actitud de niño rico.

—Oh, no, no, no me vengas con esas tonterías —le negué con el dedo.

— ¿Y ya tienes tiempo para mí? —preguntó luciendo enfadado.

—Siempre lo tengo —me miró dudando—. Lo de hace rato fue una ayudadita —le guiñé un ojo de manera exagerada, rió al ver mi espectacular guiño y me dejó pasar.

Se sentó y sujetó su guitarra. Lucía dudoso.

—Escribí una nueva canción, tengo miedo de que la disquera no la quiera —murmuró lo más bajo posible.

—Bueno, querido, ¡que se jodan! —exclamé alzando mis brazos—. Si no lo intentas, no ganarás nada, si al menos lo intentas, te llevas el orgullo de valentía al hacerlo. Son tus canciones y tú eres grandioso —acaricié su hombro—, y si alguien dice lo contrario, que me lo diga y nos partimos la madre —lo último lo dije en español, por lo que me miró confundido—. Cosas de mexicanos, ignoralo. Enserio, tú vales oro, chico, así que primero le mostrarás la canción a tus hermanos riquillos de tu curiosa banda y juntos le dirán a la disquera. Y si no lo aceptan, pues, idiotas.

— ¿Sabes? Cuando te vi, algo en mí hizo clic, supe que valias la pena. No me arrepiento ni de haber comido tu cupkake, ni de preguntar por ti a Brown, eres una genial chica, y una genial amiga.

—Aww —le apreté las mejillas—. Ya, ahora muestrame la canción, me cansé de lo cursi.

Lo alenté a que comience a cantar, y funcionó minutos después.

Al comienzo no me convenció demasiado, la letra me encantaba, sí, pero la melodía no fue mi favorita, hasta que entró a la parte del coro, sin duda fue lo mejor que había escuchado en mi vida.

—You're the voice I hear inside my head
The reason that I'm singing
I need to find you
I gotta find you
You're the missing piece I need
The song inside of me
I need to find you
I gotta find you
Oh yeah, yeah, yeah

Sentí esa emoción suya al cantar, fue algo estimulante en mi ser hasta que se calló.

—Aún falta algunos detalles y arreglos, pero quizá...

Comenzó a balbucear sin sentido.

—No te preocupes, a mí me encantó así, no me imagino al escucharla cuando esté lista, maravilloso tú y tu cerebro, cabeza hueca —dije con ironía.

Le ofrecí un abrazo sabiendo que no daba uno en mucho tiempo. Se tensó por un momento y luego se relajó, y me devolvió el abrazo. Supe que había encontrado a mi otra mitad, y no una romántica, una mucho mejor, una amistad.

•••

ia c, me aman, creanme, yo me amo más, en fin, en tiempo de Perú, cumplí, lo subí cuando dije. No quería acelerar el proceso de su amistad, pero es casi inevitable, cuando escribo como ellos, es como si todo fluyera, porque, yo soy así con mi pinky friend, así de rápido sentimos ese lazo, lfbdlskls

pronto llegan los chicos, wuwuwuuwueuw
aún pueden convencerme de escribir con nate y no kevin, pero ed cuestión de que me convenzan, difícil difícil xd