FOUR

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En la mañana siguiente, luego de levantarme junto a mi mamá, y luego de que ella me diga que Mitchie se había mudado de cabaña con sus nuevas amigas, nos acercamos a la cocina sin necesidad de hablar, no le había comentado sobre el asunto de ayer, pero tampoco no estaba segura de callar o decirle.

Era mi madre o mi hermana.

―Hey ―escuché decir a Mitchie detrás de mí.

Ni siquiera volteé a verla y seguí secando los trastes.

―Nicky ―me llamó nuevamente. Quería ignorarla, pero me era imposible.

― ¿Por qué lo hiciste? ―mi voz salió fría como el hielo, y se endureció más al sentir su mano en mi hombro.

―Y-yo, no lo sé. Solo se me salió de repente, pero no quiero decir que fue falso. Quiero encajar ―si no fuera por sus tristes ojos llenos de culpa, no la hubiera disculpado.

―Acepto tu ridícula decisión, pero no pienso callar si me preguntan, es tu lío, y no quiero formar parte de él ―asintió bajando la cabeza.

Pronto, al terminar de lavar los utensilios y servir algunos platos, fui al comedor sin esperar a Mitchie, aún seguía molesta con ella.

― ¡Oye, hay espacio por aquí, amore! ―gritó un chico moreno desde su asiento.

Junto a él estaban Lola y Caitlyn, y dos chicos que no conocía.

Me acerqué luego de agarrar un pedazo de pastel y me senté junto a ellos.

―Qué horror, harás que la pobre salga corriendo ―se burló Lola.

―No sería algo nuevo ―la siguió Caitlyn. El chico bufó mientras negaba con la cabeza.

—Mientras ustedes sigan así, jamás conseguiré novia —gruñó mientras mordía fuertemente un croissant.

—Nah, tranquilo. Cuando llegue la indicada, será tan genial que ni les importará lo que ellas digan —lo calmé regalándole una enorme sonrisa.

—Que motivador, Dios, se la creerá —lo siguió molestando Caitlyn. Le lancé un pedazo de croissant medianamente molesta. El chico comenzaba a darme poca pena, casi nada, pero sin duda sabía que el chico no era del todo divertido, tenía una pequeña tristeza, y con los comentarios de mi querida amiga, no sabía cómo podía sentirse él.

Alcé mi cabeza que se encontraba viendo el rostro de indignada de Cait y vi como mi hermana venía rápidamente.

—Chicos, ¿me puedo sentar? —preguntó confiadamente.

― ¿Nos visita la realeza? ―cuestionó Cait refiriéndose que ahora, Mitchie formaba parte del grupo que lideraba el campamento.

―Mitchie, por aquí ―dijo Tess pasando por nuestra mesa.

―Lastima, hermanita. La realeza espera ―forzó una sonrisa mientras se levantaba y seguía a Tess Tyler.

Cuando mi hermana estaba lejos, Caitlyn preguntó algo, logrando que todos los de la mesa se enfoquen en nosotras.

―Ustedes, ¿tienen talento? ―cuestionó tímidamente. Logró sorprenderme, la había visto desde que la conocí como una chica directa.

―Es la única razón para estar aquí ―me encogí de hombros―. Creo que sí.

―Bueno, dile a tu hermana que si quiere ser amiga de Tess, no lo muestre ―me dedicó una pequeña sonrisa.

―Mitchie es, a veces, tan ingenua que seguramente ya lo mostró.

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