I'm Not Okay //Gerard y Tu//

¿Falso...?

La mirada acusadora de mi progenitora me penetra lentamente exigiendo una explicación, en cambio las miradas interrogantes y a la ves confundidas de la pareja presente, me provocan desvanecer por un segundo, pero es tanta la felicidad que corre por mi cuerpo que descaradamente le resto importancia.

—Oh... Aquí estás— señalo a la chica teñida que me mira sin saber que hacer.

—Si aquí estoy — susurra frunciendo él ceño.

—Los dejo a solas — anuncia aun no muy convencida ni madre.

Abandona la sala mirándome por última ves, tomo asiento frente a la pareja que esta tomada de las manos.

—¿Donde estabas? — pregunta en un susurro Sarah.

—Con Gerard— murmuró sirviendo una taza de té para mi con una evidente sonrisa en mi rostro.

—Linz...— dice Frank mirando a la nada tratando de recordar algo, y es cuando mi cerebro revive los recuerdos de aquella chica, todo lo que ha pasado a hecho que la olvide por completo y aún más él hecho de su relación con Gerard.

—¿Que pasa con ella? — pregunta Sarah mirándolo con receló.

—Me la encontré él otro día — me mira a mi y después a su novia. —Ella piensa que Gee aún esta en New Jersey —

(...)

Suspiro frustrada y me tumbó en la cama, varias preguntas inundan mi mente, la mas insistente es él pensar ¿Que pasara con ella? varias teorías la acompañan, haciéndome dudar sobre Gerard y él amor que me tiene. Y me recuerdo con más frecuencia que él y yo no tenemos una relación normal, no hablamos de lo que sentimos, ni lo que queremos hacer a futuro, pero estamos juntos a pesar de todos los problemas que pasamos eso me tranquiliza un poco o quiero pensar que lo hace.

Mis ojos se abren de golpe encontrando la luz del sol, cierro de golpe los ojos y un grito de frustración sale de mi, acompañado de unas cuantas patadas y golpes al colchón que descansa debajo de mi.

No entiendo lo que siento y mucho menos se como evitar la ansiedad que en este momento ya ha invadido la mayor parte de mi cuerpo. Suspiro para tratar de calmarme pero tal acción hace que me sienta peor, tantas preguntas sin respuesta me invaden que ya no se como dividir las buenas de las malas y las que definitivamente no tienen respuesta.

Tomo una rápida ducha la tibia lluvia artificial no ha conseguido eliminar la tensión en mis músculos, me tumbo en la desordenada cama, cubro mi rostro con la almohada y después de unos minutos consigo  dormir.

Escuchó débilmente mi nombre cada ves mas cerca y más nítido hasta que mis ojos se abren encontrando a Gerard a mi lado con una sonrisa burlona.

—Hasta que despiertas— me observa a detalle como si quisiera grabarse cada imperfección de mi rostro algo típico de el.

—¿Cuanto tiempo llevas aquí? ¿Y como entraste? — preguntó confundida incorporándome un poco sobre mis codos, observó como camina hasta mi armario y lo abre  frunce él ceño como un niño pequeño al pasar cada una de las prendas.

—No mucho te he despertado porque has comenzado a roncar — me mira burlón mientras toma unas cuantas prendas.

—¡Yo no hago eso!— una carcajada resuena por la habitación, cubro mi rostro sonrojado con mis manos. Una sonrisa adorna su rostro y como es de costumbre nuestras miradas se conectan, tomó una almohada y se la lanzó rompiendo él momento.

—Ven aquí — sus brazos se abren, y como si fueran imanes y yo un simple metal, me levantó como rayo aferrándome a el.

(...)

—No he hablado con ella — me informa y oprime él botón del ascensor.

—¿Y que piensas hacer? — preguntó frunciendo los labios, esperando una respuesta razonable, no puede sólo esconderse de Linz y menos estando conmigo cuando la chica anda por ahí creyendo que su novio esta en New Jersey.

—Aún no lo se— confiesa derrotado dejando caer sus brazos a sus costados.

Las puertas del ascensor se abren indicando que llegamos al piso de Gerard, caminamos tomados de las manos por él largo pasillo hasta llegar a su puerta, me mira confundido al notar que esta entre abierta, de inmediato noto como su cuerpo se tensa poniéndose alerta.

Abre con un simple empujón la puerta y entra lentamente, yo lo sigo aferrándome a su chaqueta negra, mis ojos se abren como platos y quedo en shock al ver a Linz sentada en la cama con una sonrisa de oreja a oreja pero se borra al instante al percatarce de mi presencia.

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