Capítulo 14

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  —Hyung, recuerdas que te he perdonado hace un rato lo de ayer, ¿verdad?—Lucía asintió.—... Pues...¿Me podrías dar el número de Lucía? 

RM esperaba una respuesta pero Lucía esperaba tan poco su pregunta que había quedado en estado de shock.

—¿Su número?

—Sí, su número. Me dijiste que erais solo amigos. No te importa, ¿verdad?

Lucía negó. Namjoon le estaba pidiendo su número de teléfono para hablar con ella. Por más que lo intentaba su cerebro había entrado en una especie de bucle de pensamiento del que era difícil salir. ¿Significaba eso que estaba interesado en conocerla? Era obvio que sí, pero decirlo de esa manera resultaba tan fantasioso... ¿Cómo iba a estar RM de BTS interesado en ella?

—Es simplemente por conocerla el tiempo que esta aquí... ¡No me mires así!—Exclamó ante la cara de asombro de Lucía.

A Namjoon le estaba costando pedirle su número tan abiertamente, podía verlo. Parecía sentirse juzgado por su hyung, y sin embargo lo estaba haciendo. Antes de dar una respuesta, la mente de Lucía voló automáticamente a Yoongi: él sería el que contestaría los mensajes si le daba su verdadero número. No estaba segura de querer dejar en manos de Suga sus conversaciones.

—¿Te importa que lo consulte antes con ella? Por si le molesta que vaya dando su número...

Namjoon se sintió algo más incómodo.

—Pero si lo dices así, quizás se da cuenta de que estoy interesado... Yo había pensado en escribirle para que me enseñase algunas cosas en español, como hizo contigo...

Lucía cada vez alucinaba más.

—Oh... bueno le puedo decir exactamente eso, que quieres hablar con ella por lo del idioma y tal...

Namjoon lo valoró un momento.

—Pero sé discreto, hyung.

—Sí, sí, claro...

El líder se levantó y salió de la sala y Lucía trató de ordenar sus ideas sobre lo que quería hacer en cuanto encontrase un momento en su horario de grabación: necesitaba hablar con Suga cuanto antes.


.....


Antes de salir a visitar la zona más famosa y lujosa de la ciudad, Alicia se empeñó en que ambas se arreglasen. Yoongi llevaba bien su nueva vida alejada del maquillaje y las sesiones de peluquería casi diarias, de hecho se había acostumbrado rápidamente a eso. Sin embargo, su amiga tenía otro plan para ese día.

—¡Estate quieta!—Le dijo a Yoongi mientras lo obligaba a sentarse en una silla en el baño.—Siempre se te ha dado bien esto, pero la última vez que me maquillaste en mi casa me dejaste fatal, ¿te acuerdas?

Yoongi recordaba vagamente su primer día como Lucía, el día más extraño de su vida. Ese día había conocido a Alicia y no se había podido negar a acompañarla en su preparación para una cita. Estaba tan confundido y tan extrañado por todo que no habían quedado casi recuerdos, sólo una especie de imágenes fugaces en su memoria. Pero sí veía clara la expresión de Alicia cuando vio el resultado del maquillaje que Yoongi había aplicado en ella, y no era de agrado. Al fin y al cabo, él estaba acostumbrado a solo cerrar los ojos mientras las maquilladoras trabajaban en su rostro, no sabía mucho más del tema.

Se puso un poco tenso cuando las manos de Alicia lo tocaron. Eran suaves al tacto y muy hábiles manejando las brochas, pero no pudo relajarse como le ocurría siempre antes de una grabación. La chica le hablaba de cosas sin mucha importancia, pero no conseguía seguir toda la conversación. La tenía muy cerca, tocándolo y respirando a centímetros de su cara. Las pupilas de él viajaban sin descanso desde los ojos de ella hasta su boca, mientras inhalaba el perfume cítrico que se había echado. ¿Qué le pasaba? ¿Por qué se sentía tan extraño con Alicia los últimos días? ¿Por qué cuando escribía le venía a la cabeza su imagen?

¡Devuélveme mi cuerpo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora