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Ya no lloraba. Bueno sí, pero en menor proporción que en un comienzo.

Ya no lo recordaba mucho. Siempre lo recordaba.

Mucho menos lo echaba de menos. Lo extrañaba cada segundo.

Vivía feliz. Estaba montando a mejor mentira.

Lleva ha varios días sin saber de su padre, de como se encontraba su hermano o su madre. Podía percibir que el estaba afligida y que seguro poseía la leve sospecha de que le habían roto el corazón a su hijo. Su mamá había desistido seguir indagando para saber que había ocurrido porque ella también tenia sus asuntos para ocuparse, como lo que había hecho su padre por ejemplo...

Johnson no tenía capacidad para pensar en eso, ni en que habría ocurrido con Nash y su noviecito, ni siquiera pensaba en bañarse. Todo ahora en su vida se estaba desplazando tan lento y monótono.

Su teléfono se había vuelto un objeto intocable para él, no lo encendía, ni pensar en usarlo. Por ahora se conformaba con usar su portátil y dejar que el playlist en aleatorio todo el día sea su única compañía.

Una mañana cuando despertó y se fue al baño notó en el espejo del lavabo que su cabello estaba enmarañado y opaco, no lo había peinado en mas de una semana y media, se dedicaba era a dormir, comer y de vez en cuando dar una pasada por su casa en silencio, para hacerle saber a su madre que estaba vivo aun...

En el fondo no coordinaba sí deseaba que el moreno solo desapareciera, que se esfumara de su vida y de su mente o sí estaba esperando que viniera a implorar por perdón, pero no estaba dispuesto a perdonarlo. Aunque ni sabía el  motivo por que debía perdir perdón, ¿por engañarlo? Era el mismo quien se engañaba ¿o  por mentirle? porque era una farsa completamente lo que ocurrió desde un principio y se recriminaba eso, se sentía el culpable de esta situación y de todo lo que ahora sentía.

Sus clases por ahora había pasado a un segundo plano o tercer plano, ya no tenía interes en seguir luchando por este... Habia pensando en solicitar darse de baja, pero no tenia fuerzas ni para eso.

No podía concentrarse en algo sin que el rostro de Gilinsky apareciera, no lograba acostarse un momento y cerrar sus ojos sin que la imagen de algun recuerdo le golpeara de nuevo y sintiera esas inmensas ganas de llorar y romper todo.

Las horas pasaban, los dias pasaron y nada lograba calmar el dolor que sentía. Cuando se vino a dar cuenta de nuevo habia pasado  nueve dias desde la ultima vez que habló con el moreno o como le gustaba pensar a Johnson, desde la ultima vez que todo iba bien.

Sabia que debía retomar su vida, las clases, buscar a sus amigos o conseguir algunos nuevos, estar como apoyo para su madre... Eso haría, mientras eso ocurría dejaría su corazón roto de lado en algún momento y buscaría algo que sane y ayudo a aue pueda recuperarse.





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Dirty Daddy.  « Jolinsky »Donde viven las historias. Descúbrelo ahora