Capítulo 19

3.7K 262 27
                                    

Continuó por unos segundo masajeando mi clítoris con sus labios, luego, se puso de pie tiró lo que quedaba de mi ropa, se quitó el pantalón y los bóxer con rapidez, sonrió al ver mi rostro sudado, abrió un poco más mis piernas y no pude evitar son...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Continuó por unos segundo masajeando mi clítoris con sus labios, luego, se puso de pie tiró lo que quedaba de mi ropa, se quitó el pantalón y los bóxer con rapidez, sonrió al ver mi rostro sudado, abrió un poco más mis piernas y no pude evitar sonrojarme, estaba totalmente húmeda, con sus manos rozó la punta de su pene contra mi entrada varias veces.

— ¿Ansiosa por estar conmigo?

¿Ansiosa? No, desesperada sí quizás.

¿Cómo aguantar la retención de un orgasmo?

No hay respuesta, ya que, solo faltaba poco para que yo perdiera el control total de mi cuerpo y me dejara llevar por el indiscutible placer, pero que esta vez no se sentía como la primera vez, ahora sí pude sentir lo que antes solo era dolor, ahora comenzó siendo placer.

— ¡Dios, — Exclamé — apiádate y hazlo rápido!

— Desde cuando clamas a Dios por un orgasmo preciosa, en el infierno lo sirven mejor.

— ¡Sebástian! — Grité.

— No te corras, aguanta un poco, la fiesta apenas comienza.

— Si fueras más comprensivo y no me castigaras así.

— ¿Lo tomas como castigo?

Se introdujo en mí con fuerza haciéndome gritar, primero de dolor y segundo por lo rápido que ha sido, no se inmutó al escuchar mi grito, siguió introduciéndose en mí hasta estar completamente dentro, colocó mis piernas en sus hombros y presionó mi cuerpo contra la cama, estaba disfrutando más de lo que imaginé, sus embestidas eran rápidas, bastante rápidas que digamos, un tanto con brusquedad, pero muy placenteras, al principio me molestó un poco, pero luego mi cuerpo quería más fuerza, más intensidad, más de sus embestidas, más de él.

Continuó en esa posición hasta que, con mucha destreza, me colocó encima de él, jaló mi pelo y acercó sus labios a los míos, me dio una fuerte nalgada y chillé del susto, colocó sus manos en mis nalgas y comenzó a moverlas de varias formas.

— Muévete de esa manera Samira, quiero correrme. —Ordenó.

Comencé a moverme justo como me pidió, sus jadeos eran constantes, sus expresiones de placer eran también un tanto graciosas y sexys, tocaba mis pechos como si su vida dependiera de ellos, los masajeaba con delicadezas.

Me tomó del pelo y me jaló al otro lado de la cama, me volteó quedando de espaldas a él.

— Flexiona la espalda y pon la cabeza pegada a la cama, no te levantes aun que duela.

Él respiró profundo y me embistió con fuerza, me ahogué en un grito bastante fuerte, presionó con más fuerza mi cabeza y no podía si quiera ponerme de pie o respirar. 

— ¿Duele? — Preguntó.

— Mucho. — Respondí a penas.

— Aguanta — Sonrió. — Se que puedes hacerlo.

Acuerdos [Vol1]  [Trilogía Relaciones Tóxicas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora