Acuerdos [Vol1] [Trilogía Relaciones Tóxicas]

Capítulo 31

Recuerdo que todo este sentimiento comenzó una tarde, día martes para ser exactos, ese día decidí salir con ella otra vez. Quise llevarla donde estaría ese árbol que todos los años decoran para estas fechas y el árbol que lleva su apellido a toda honra.

Íbamos separados por que ella veía la ciudad maravillada como si fuera la primera vez que salía, la detuve y tomé su mano, ella no sonrió y solo me miro extraña, se que no suelo mostrar mis sentimientos como a ella le gustaría pero trato de hacer el intento. En todo el rato íbamos de la mano y sentí un cosquilleo dentro de mí, tenía tanta alegría y me sentía verdaderamente feliz, me pregunte en ese momento ¿Por qué con ella? Jamás busque una relación con ninguna mujer, incluso siempre consideraba que las mujeres solo estaban para servir a los hombres y nada más pero, ella ha cambiado mi forma de pensar en tan solo unas semanas.

Recuerdo que la noche estaba por llegar, ella no soltó mi agarre ni tampoco se opuso, ella me miro y me pregunto con su típica risa de niña.

—¿Recuerdas cómo nos conocimos?

Como olvidarlo, fue algo inesperado.

—Sí...— Respondí. —Como lo olvidaría si aun me debes la arreglada del coche.

Nos detuvimos en el parque, la tomé de la mano y nos miramos a los ojos, el tiempo se detuvo y sentí como mi corazón empezó a latir más rápido mientras la veía. Poco a poco me fui acercando hasta darle un beso.

Al momento del beso, muchas imágenes pasaron por mi mente, imágenes de mi infancia hasta el momento actual, el momento del beso fue donde descubrí y supe que ella era la indicada y que a pesar de todo lo que he hecho en mi vida ella sería quien me ayudaría a cambiar por que desde su llegada he arriesgado todo por ella.

Yo estaba muy confuso y encima ella estaba también pasando por lo mismo que yo, jamás me había comportado de esta manera con nadie y mi comportamiento e incluso gestos de amor siguen siendo extraños. Yo la quiero ayudar porque la quiero tanto que hubiera hecho cualquier cosa para que ella fuera feliz y no sufriera de esta manera.

(..........)

Ya estaba de camino a casa y solo me quedaba esperar por algunas diligencias que Fausto haría por mi, fui a ver que tal estaba Samira y al ver su cuarto estaba en la ventana, mirando o esperando algo. Toque la puerta un poco para que se diera cuenta que estaba allí observándola.

—Llegaste. —Dice ella con una sonrisa. —No vi tu auto llegar.

—¿Estabas esperándome?

—Si, es que me siento muy sola en esta casa y no puedo salir hasta estar mejor y tu por desgracia eres mi única compañía.

—¿Por desgracia?

—Si, quiero arreglar las cosas dándonos un tiempo y resulta que estas mas cerca de mi y tienes mas ventaja.