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Mels' POV:

Hay tres cosas que deberían saber sobre mi.

1.- Nunca he dormido a la intemperie.

2.- Me da miedo el bosque por la noche.

3.- Odio los insectos.

Y si, sé que dije que había ido a un campamento, pero no me refería a uno improvisado que haces con tus amigos en el bosque un viernes por la noche. Me refería a uno como el de juego de gemelas.

Donde hay cabañas con camas en lugar de dormir en el suelo, hay una cafetería para comer, donde te dan repelente para los insectos y siempre tienen farolas encendidas para alumbrarlo todo.

Ese es la única clase de campamento en la que he estado ¿pero como podía decirle eso a Alan? Me tomaría como una creída, fresa y antipática que simplemente no quiere salir con sus amigos. Y... pues si, quizás sea un poco de eso... pero tampoco puedo decirle que la verdadera razón por la cual no quiero ir es su novia.

Todo me iba de mal en peor, además los exámenes me tenían loca, y los trabajos en grupo eran una agonía. Faltaba tan solo una semana más y saldríamos a vacaciones de mitad de año. Era increíble lo rápido que pasa el tiempo... parecía ayer cuando entré a Wrestling high y me hice amiga de Alan...

Escuche un ruido al otro lado de la pared, estaba segura que era Theo de nuevo seguramente enojado por algo que había hecho mal. O sufriendo de amor, yo sé que no lo ha querido admitir pero también sé que si se está enamorado de alguien.

Me puse mis pantuflas de unicornio y corrí a su habitación. Al llegar oí como Theo maldecía en voz baja, abrí lentamente la puerta y vi como estaba a punto de tirar su celular a la basura.

— ¡Theo! ¡¿Qué haces tonto?! ¡Si no quieres tu celular pues regálamelo a mi, no lo tires!

— ¡Melinda! ¡Cuantas veces te he dicho que no entres sin tocar a mi habitación!

Gire los ojos y me senté a en su cama, si un vistazo a su habitación, hace mucho que no había entrado, no había cambiado mucho. En realidad estaba más vacía desde la ultima vez que entre. Ya no habían los posters de las bandas favoritas de Alan Red Hot Chili Peppers y The Rolling Stone se habían ido, solo quedaban The Beatles y Oasis junto a un póster enorme de Paulo Londra, que era un contraste de época muy interesante.

— No lo sé, nunca ha sido lo mío tocar y lo sabes.— sonreí irónicamente y me acosté en su cama.

— ¡Oye! Quítate los zapatos si vas a acostarte.

— Qiititi lis zipitis si vis i icistirti.— respondí quitándome los zapatos y acomodándome en la cama para que él pudiera sentarse.

— Deja de ser tan infantil Melinda. Y mueve tus pies para allá.— Tomo mis pies y los lanzo haciendo que casi me caiga de la cama.

— ¡Oye! Ten más cuidado, estás tratando con una damita.— respondí sonriendo y me senté con las piernas cruzadas sobre la cama.— Ahora si, cuéntame porque ibas a tirar el teléfono a la basura, ¿acaso alguna de esas chicas que tanto te buscan se quedo embarazada?

Theo giró los ojos y negó con la cabeza. — No digas tontería Mels, tú sabes que no soy esa clase de chico.

— Hermano, ¡todos son esa clase de chico! Te buscan, te enamoran, te ilusionan, y te dejan. El ciclo de las relaciones.

Theo me miro muy serio y negó con la cabeza de nuevo. — Melinda, no porque un chico alguna vez quiso hacerte eso significa que ya no puedas confiar en los demás chicos. No todos somos iguales, no somos juguetes que viene por fabrica preestablecidos, somos humanos también.

¿Crees en el amor a primer choque?   (#4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora