Mel's POV:
No tengo idea si a alguien más le pase pero cada que pienso en regresar a clases me entra una tristeza incontrolable que ni yo misma puedo entender. No se si exista una sola persona en el mundo que ame estudiar, pasar sentado en un escritorio 8 horas esperando aprender algo para al final solo anotarlo en un cuaderno y después repasarlo para un examen que luego con mucho estudio y algo de suerte pasarás y eso te llevará a pasar a otro examen mucho más difícil que a la final evalúa tu capacidad de recordar cosas y un poco de ingenio a ver si logras resolverlas. No se ustedes pero el sistema educativo realmente es un desastre.
Sin embargo, aquí estoy. Lunes en la mañana yendo a estudiar con un montón de chicos que al igual que yo esperan con ansias que llegue el viernes para ser libres aunque sea dos días.
Triste y cruel realidad.
Me acerco a mi taquilla recoger mis libros. Nunca he sido buena para recordar mi horario, bueno de hecho nunca lo recuerdo, cuando estaba en el anterior colegio cada primer día de clases Jessica venía con dos horarios impresos y decorados, ella siempre era organizada y detallista, características que yo obviamente yo tengo carencia. Me acostumbre tanto a que ella trajera un horario todo bonito y lo pegara en mi taquilla para que sepa que clases nos tocaba, que nunca tuve la necesidad de aprender un horario en toda mi vida escolar, o al menos de lo que yo tengo memoria.
Pero desde que me cambie de escuela y prácticamente no tengo amigos por mi estúpido carácter introvertido. Ahora he tenido varios inconvenientes recordando la clase que me toca y en algunas ocaciones he perdido clases por entrar a salones que no me correspondían. Y desde ahí aprendí el valor de lo que es tener un horario impreso y de cuánto extraño a Jessica en vida.
Suena la campana de inicio de clases, miro rápidamente el horario malgastado que imprimí hace unas semanas, tomo la mayoría de libros que puedo y corro hacia mi clase.
Cierro mi taquilla apurada y pongo todos los libros en mi mochila cuando salgo corriendo entre la gente igual de apurada por ir a sus clases. Mis ojos se topan con los de Alan, miro rápidamente y a su lado esta Sophia, lucen muy felices, hacen buena pareja. Y parece que Alan está feliz...
—¡Hola Mels!— grita Alan cuando mira que me acerco hacia donde están. Y ojalá no tuviera que tomar ese camino pero llego tarde y no puedo faltar a clase ya, sino seguramente la directora llamará a mis padres.
—¡Hola Al!— grito y comienzo a correr más rápido.—¡Y adiós Al!, ¡Estoy retrasada!— vuelvo a gritar cuando paso por su lado. Y sin mirar a tras corro para llegar a mi salón.Llego justo cuando el profesor estaba a punto de cerrar la puerta. Me disculpo tantas veces que seguramente le di pena a mi maestro que me dejo entrar sin reproches. Cuando miro el salón en busca de mi asiento, lo encuentro ocupado por una chica rubia que estaba muy coqueta con un chico que suele sentarse enfrente mío. Y maldigo por dentro, pues había perdido mi asiento y ahora me tocaba sentarme al frente junto todas esas personas populares e inteligentes con las que nunca había cruzado palabra.
Tomo mis cosas y el valor para cruzar por todo el salón y sentarme en la silla que estaba justo al lado de Cristian Williams.
La chica rubia era su hermana, y siempre se sentaban juntos. Supongo que ella prefirió irse a por su ligue que tener que soportar a su hermano. ¿Pero cómo culparla? Si a la final su hermano es Cristian Williams. Yo en su lugar igual me hubiera ido sin pensarlo, aprovechando el puesto vacío.
Me siento y tomo un cuaderno, saco mi cartuchera y un lápiz que no tiene punta. Rebusco en la cartuchera a ver si puedo encontrar algo más que el lápiz, y nada. Había olvidado que ayer cuando hacía los deberes no puse los bolígrafos devuelta en la cartuchera. El profesor había iniciado la clase y ya llevaba media pizarra escrita. Me volteé a ver si alguien amable aparecía junto a mi para pedirle un lápiz o un sacapuntas.
A mi lado derecho estaba una chica con cabello castaño recogido en una coleta. Creo que la había visto antes si no recuerdo mal, recibimos lenguaje también juntas pero ella es de las que siempre se sientan al frente. Me arme de valor y me dispuse a preguntarle en susurros.—¿Hola disculpa, por si acaso tienes un sacapuntas que me prestes?
Ella negó con la cabeza y me susurro.— Lo siento, yo uso portaminas, pero pregúntale a Cristian el suele tenerlos.
Le sonreí y susurré.— Muchas gracias.— ella asintió con la cabeza y siguió anotando.
Y ahora mi problema con el lápiz se había empeorado. Tenía mucho miedo de hablarle a Cristian, no es que lo conociera la verdad. Y mejor dicho nunca en la vida he hablado con él, y ni siquiera se si él sepa de mi existencia. Pero recordé las palabras de Jessica en mi mente "Vamos Mels tu puedes, si lo pides con amabilidad nadie te va ha decir que no" suspire y mire el pizarrón. Si no pedía el lápiz ya, me iba a retrasar demasiado así que tome el suficiente valor para susurrar.
— Ehm...¿Disculpa Cristian, por si acaso tienes un sacapuntas que me prestes?El regreso a verme, y cuando sus ojos café oscuros se chocaron con los míos tuve que apartar la mirada. Si había algo que admitir es que Cristian William era guapo, no como los modelos de revista, pero si como los chicos que te hacen sonrojar si te miran o por lo menos te hablan.
— Si claro, me lo devuelves cuando termines ¿si?.Me sorprendí de que me respondiera tan positivamente. Pensé que me saldría con una excusa de que no lo tenía y que le pregunté a otra persona, pero no. A la final Jessica tuvo razón, sonreí, tome el sacapuntas de su mano. Y le susurré.— Gracias.
Cuando termine de usarlo, me acerque a su mesa justo antes de sentarme en mi asiento y puse el sacapuntas al frente suyo.— Muchísimas gracias, me salvaste la vida.— sonreí y rápidamente volví a sentarme en mi puesto.
Estaba feliz porque por fin pude anotar todo. Por suerte si había llevado un borrador y un esfero de rojo para hacer los títulos. Anoté todo lo que el maestro aún no había borrado lo más rápido que pude y entre anotar e intentar entender algo de la clase, el tiempo se paso volando.
Cuando sonó el timbre tome mis cosas lo más rápido que pude y no me percate que mi lápiz se había caído, se le rompió la punta de nuevo y por dentro maldecí porque tendría que pedirle un sacapuntas a otra persona desconocida en mi siguiente clase.
Para mi sorpresa, cuando estuve a punto de recogerlo. Cristian lo hizo por mi. — Creo que vas a necesitar el sacapuntas otra vez.— me dijo sonriendo. Bajo su mochila y sacó de su cartuchera su sacapuntas. Luego se digirió al basurero. Todo mientras yo me quedaba ahí parada viendo la situación tan irreal que estaba pasándome. Regresó, soplando el lápiz para quitarle las virutas, me lo entrego.— Listo, quedó como nuevo.
Sonreí, y capaz me sonroje involuntariamente porque sentía calor en mis mejillas. Me sentía un poco tonta, pues me sonrojaba solo por el hecho de que un chico guapo me había entregado mi lápiz. — Muchas gracias.— alcance decir mientras me moría por dentro de vergüenza por sonrojarme.
— De nada...— hizo una pausa como queriendo saber mi nombre.
—Mels.— respondí apresurada deseando no haberme equivocado en mi suposición de que quería saber cómo me llamo.
— Mels.— repitió despacio.— Bonito nombre, de Melinda ¿verdad?
Asentí.— Si, pero casi nadie me dice Melinda, así que prefiero Mels.
Sonrió y tomo su mochila.— Un gusto conocerte Mels. Nos vemos luego.
— Adiós Cristian.— respondí antes de que saliera del salón.
Y no se si todo esto en mi cabeza paso en cámara lenta. O el hecho de que Cristian Williams se interesó por saber cómo me llamo, pero no podía dejar de sentir mi cara roja como un tomate. Me recrimine pues no había sido una conversación coqueta ni nada. ¡Por favor sólo le pedí un sacapuntas! Pero por alguna razón, no podía dejar de pensar en ese momento.
HOLIS HOLIS.
Antes de que me maten por andar desaparecida muchísimo tiempo. Quiero agradecer a todas las personas que aún están aquí. Quisiera saber que tal les está pareciendo la historia y si les gusto el nuevo personaje. 🙈. Gracias por todo! Y espero que alguien aún lea esta historia jeje
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¿Crees en el amor a primer choque? (#4)
Short StoryAlan es un chico enamoradizo, gracioso, popular, lindo y amable. Prácticamente lo que todas las chicas quieren. Mels, era todo lo contrario. ----------------------------------------------------------- Cuarto libro de la saga "Notas, mensajes y letr...