Sinopsis

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Si me dieran una moneda por cada vez que he tenido que guardar mis emociones en los momentos más críticos, sería extremadamente rico, pero está vez prefiero soltar las emociones que siento y tan solo conocerte por medio de esta corazonada.

Te he estado admirando desde lejos, se lo que haces, yo puedo ayudarte a respirar. 

Entenderé si decides desechar esta nota, no todas las historias de amor comienzan tan fácil.  Prometo no fallarte, aunque me golpees y me sea difícil levantarme, te prometo que está historia es solo de los dos. Solo se trata de nosotros. 

Te preguntaras porque no te lo digo de frente, me gustaría excusarme en que soy demasiado tímido, pero simplemente tengo miedo del que dirán. 

No tengo palabras para describirte lo nervioso que estoy, el furor que me consume el que leas esto es más grande que todo, pero puede compararse a una adolescente viendo a su cantante favorito por primera vez. 

No es una broma lo que siento, Snowflake. Espero que puedas responderme y no asesinarme...

Att: Anónimo. 


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Todo el lugar estaba en un silencio sepulcral, plenamente escuchándose  la voz de la maestra rindiendo la clase, hasta que de un momento a otro esa tranquilidad se vio interrumpida por la estruendosa caída del asiento de una chica en particular.

Oh, no. 

¿Acaso esa era Elizabeth Arendell?

 ¿Quién la hizo enojar?

El sonrojo en las mejillas de la albina hacia en evidencia la vergüenza a la que estaba expuesta, todos se percataron de una hoja cruelmente arrugada en sus manos, así que ella estaba lo que le seguía de furiosa, estaba siendo demasiado descortés de su parte armar una escena pero le valía demasiado, sin importarle el hecho de que su maestra se sobresaltó y estuviera interrumpiendo su clase. 

—¿Quién fue? —por alguna extraña razón, no grito, lo cual preocupo a todos, con una voz extremadamente calmada pronunció aquellas dos palabras, seguidamente de alzar una ceja,  una de las cosas que más odiaba eran las declaraciones cursis y clichés por medio de cartas, por lo que no dudó en asustar al salón entero, incluyendo a la maestra.— Bastar...—   el timbre sonó, interrumpiéndola de explotar en su totalidad, y para gracia divina del curso, agarró sus cosas antes que todos saliendo del salón soltando un fuerte portazo.

Todos soltaron el aliento que inconscientemente retuvieron, mientras un albino en particular bajo la cabeza sintiendo sus ojos llenarse de lágrimas, preso también de la vergüenza. 

"Estoy muerto" fue lo primero que se le vino a la mente.

"Estoy muerto" —fue lo primero que se le vino a la mente

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Hola... jsjsjj Pues aquí estoy de nuevo editando esta historia, está vez así se queda. Quería hacerlo porque sentía que se perdía la esencia principal de la obra  y necesitaba darle más forma. 

Gracias por votar y comentar, sigan leyendo.

Stain. 

Cartas a Snowflake //Jelsa//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora