Capítulo 1

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Cartas a Snowflake

Bueno...

Esa no era la reacción que esperaba pero si te digo algo, haz hecho que "casi" me haga en los pantalones, por favor, no lo divulgues. 

Estaba pensando en algo que rime en esta "carta de amigos" pero simplemente no tengo idea alguna de como hacerlo, he de suponer que estamos destinados a ocultar lo que sentimos para siempre como dictan las lunas. 

Aunque también puedo decirte un millón de chistes que hagan de tu sonrisa una envidia a las estrellas, por tu brillantez, claro. ¿Qué pasta de dientes usas? *Guiño* 

Esta bien, solo quiero que nuestras almas se toquen hasta que quedemos marcado el uno en el otro y te llames por mi nombre. 

¿Puedo volar contigo, Snowflake?

Att: Anónimo 

Hablemos de Elizabeth Arendell, o como todas le llaman, Elsa es una chica...peculiar. Se había declarado asexual a la edad de 14 años, y antes, donde solía llevar una hermosa cabellera larga, se encontraba un corte moderno, elegantemente corto que hacía lucir su piercing del lado izquierdo de su oreja, no hubo nunca un cambio de personalidad desde siempre se la pasaba gruñendo como perro rabioso, tal vez había sido criada por una manada de lobos y nadie lo sabía, pero todavía estaba esa posibilidad en mente, ya que a sabiendas de como trataba a los demás, aun aspiraba en convertirse una gran psicóloga, aunque a escondidas para todos era una psicóloca.  

Soltó un gruñido por tercera vez en el día, estaba considerando que a lo mejor pertenecía a la familia de los canes y no se enteraba, entró de una vez por todas al salón de teatro, camino por entre medio de los estudiantes, llamando la atención de la mayoría con su presencia tan intimidante, hasta situarse en el escenario donde una vez que estuvo todos se callaron, obviamente por miedo. 

— No tengo ni la más puta idea de quien eres.— se encontró haciendo una pausa dramática para darle más tensión al ambiente — Tampoco me interesa saberlo, te doy la oportunidad de dejarlo todo ahora, ni por muy gracioso que seas, vas a ganarme — Se calló mirando a cada uno de sus compañeros, analizándolos para encontrar al culpable  — Ahórrate el circo que estas armando tu mismo —se bajo de un salto y camino hasta sentarse en la primera fila, colocándose sus audífonos, dejando a todos notablemente confundidos. 

— ¿Qué loca no? — saliendo de su burbuja de pensamientos, el chico estuvo apunto de soltar un grito para nada masculino, hasta que notó la silueta de una de sus compañeras.

Ahora Jack Frost, un hermoso albino flacucho de 18 años recién cumplidos, con un carácter sumamente tímido que a todos les volvía loco, incapaz de hablar mal de una mujer y una ternura que se notaba a kilómetros de distancia, un joven que kasualmente le mandaba cartas de amigos de manera anónima a su compañera de clases, muy respetuoso, pulcro, con una gran personalidad en el interior, pero claro que solamente era una fachada más. 

La pelidorada se sentó a lado de su amigo peliblanco cohibiéndolo de inmediato, jamás lo admitirá en voz alta pero tenía un cierto trauma con las mujeres, que no fueran Elsa o su hermana, — No lo se... Y-yo no puedo opinar de ella, n-ni siquiera la conozco — el albino de lentes murmuró cabizbajo, casi con temor a ser escuchado.

La femenina lo miro de reojo con molestia  — Maldita sea Jack tienes que dejar de ser balbucear.— Tenía un tono de voz bajo, como un susurro, que le fastidiaba en demasía ya que no entendió lo que dijo. 

— Ya — la voz fría de Elsa hizo girar a todos, era como Tronchatoro solo que mas bonita, — Yo odio tu chillona voz y no te pido que la cambies. — otra cosa, la platinada era mucho más que directa al decir las cosas. 

El ambiente se volvió tenso de nuevo y oh no, Jack tragó duro cuando la albina caminó hacia el, con una simple mirada lo hizo levantar, ¿Acaso era Dios? — Camina, anciano— Y así ambos salieron del salón.

"No puede ser" en la mente del albino un batallón de mariposas se desató, sin querer queriendo soltó un chillido interno "Cálmate, Shack" se cacheteo, tomó un respiro avanzando lentamente detrás de ella. 


Cartas a Snowflake //Jelsa//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora