Capítulo 16

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Cartas a Snowflake

— ¡Cállate! — Elsa ahogó un sollozo y cerró sus ojos con miedo. — No pienso dejar que vayas a bailes cualquieras. Te quedas aquí y punto — murmuró molesto sin intenciones de querer seguir con la plática sin embargo la albina no quería darse por vencida tan rápido.

— Y-yo lo entiendo, p-pero mis amigas irán y-y este será nuestro último curso...— se calló lamiéndose los labios, apretando sus mano bajo la mesa, sus ojos picaban amenazando con llorar en cualquier momento — por favor...

—Elsi, tú eres mi nena y no puedo permitir que alguien más te vea en vestido que no sea yo...— se acercó a ella y la tomo del mentón con demasiada fuerza — Eres mi nena ¿cierto?

Miró abajo por unos segundos sintiéndose asqueada, los volvió a alzar cuando el agarre en su mandíbula se hizo más fuerte — Si papi, pero por fa...— la detuvo el impacto de la mano de su padre en su rostro y sintió el sabor metálico en su boca. 

La mejilla de ardía como el mismo infierno — ¡Te he dicho que no! — le gritó  golpeando la mesa, eso la hizo estremecer — No me hagas castigarte Elsa...— le acarició la cabeza — No irás.


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¿Mandar a un chico tímido para saber tu respuesta?
Pero si puedes acercarte tu mismo, vago de mierda.
Iré pero, no contigo, que te quede eso claro, solo nos encontramos en un lugar y me dirás tu identidad.
Ya cuento los días.

Att: Elsa

[♡]

— Si supiera que fue Jack le escribe cartas, — se burló Riley y Aurora le chocó los cinco — Primero le da un ataque.

— Aurora, ¿tienes tu vestido? — comentó Punzie, esta asintió acariciando el cabello de Jack haciéndole unas mini trenzas en el mismo. 

— Oye Jack ya casi se acerca el baile, ¿qué tienes planeado para Els? —  el albino suspiró y miró hacia todas con una sonrisa de miedo. 

— De hecho, jamás pensé que llegaría a este punto de los hechos — río nervioso

— ¡Entonces no le tienes nada! — a Tinkerbell casi le da un ataque y lo señaló acusatorio, — Eres un pésimo admirador.

Estaban a punto de comenzar una pelea cuando escucharon una voz que los alertó,— ¡Tú! — Lo señalo por la puerta, entró un hombre grande y corpulento, de muy mal aspecto. — ¿Sabes donde esta Elsa?

Las rubias se colocaron atrás de Jack con algo de temor, pero el primero en cagarse del miedo era el. — ¿Arendell? — el señor asintió — No, no lo sé. ¿Quién es usted? 

— Soy su padre niño, — entró al curso y las chicas temblaron — Te me haces conocido ¿eres?

— Jackson Frost —  la parte valiente del albino se hizo presente por primer a vez en su vida, se hizo el macho pecho peludo y dejo su timidez a un lado, si tenía que defender a sus amigas lo haría. 

— Papá, — hizo su aparición Elsa entrando al curso con la respiración agitada y los nervios invadiendo su sistema. 

Tenía un moretón en la quijada que se notaba a leguas, una de las rubias apretó su mano contra la del albino con incredulidad.

El señor esbozó una sonrisa macabra— Entonces tu eres Jack,  – todos fruncieron el ceño.





No importa cuantas veces me caiga, siempre volveré a caminar 99 pasos por ti, para que solo tengas que dar uno. 

Cartas a Snowflake //Jelsa//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora