Capítulo 15

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Cartas a Snowflake

¡Tal vez tengas razón, pero de igual forma tienes que ir!

Vamos a ir, ¿okey?

Voy a ser directo, me gustas y te he visto lo suficiente - no es acosar si solo te veo pasar- y se casi la mayoría de cosas sobre ti.

Así que para igual nuestros sentimientos en una noche especial solo para nosotros dos.

¿Te gustaría ir al baile conmigo?
Att: Anónimo

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— No, no sabes casi nada sobre mi,—  pensó molesta mientras gruñía de nuevo  — Ir  al baile contigo. — giró los ojos, pero analizando las posibilidades. 

— ¿Y? ¡Dile que si!— brincaron Mérida y Anna al mismo tiempo, Tink que pasaba por su lado sonrío, guiño un ojo a su dirección divertida, alzó una ceja y volvió a girar los ojos.

Tendrían una conversación pendiente,— No.— sentenció — No voy a ir.

Las chicas abrieron sus ojos sorprendidas con la decisión. — Para eso estamos nosotras que te llevaremos a rastras, irás quieras o no — amenazó Anna con su banana en la mano. 

— Así que te tocará decirle que si – sonrió macabra Mérida, cruzándose de brazos — ¿Entonces?

— Oye E-elsa — la tierna voz de Jack sacó a Elsa de la pelea con sus amigas y todas se giraron a verlo.

— ¿Si, Frost? – sintió sus mejillas calientes de repente y se obligó a si misma mirar hacia otro parte que no fueran los hermosos ojos cielo de Jack.

El chico se dio una cachetada mental cuando quiso huir, — Me mandaron a preguntar s-si irías  al baile — movió sus manos nervioso detrás suyo y Anna con Mérida se miraron cómplices. 

— Mmm,  lo estoy pensando — Lo miro de pies a cabeza cuando se le fueron los nervios – ¿Tu irás?

Abrió los ojos sorprendido — Si, iré con Wendy, mi mejor amiga — sonrió dulce y con una seguridad que a Elsa le molesto. 

Giro los ojos — Si, si iré — sorprendiendo a todos declaró. 

— Cierto, no entendí muy bien – rascó su nuca nervioso — Pero me dijeron que te de esto – se acercó mucho, tal vez demasiado a Elsa, está miro hacia los lados alejándose un poco pero se detuvo y dejo que Jack le diera un beso en su mejilla sosteniendo su mejilla dulcemente, — De anónimo. — Y entonces se fue corriendo por miedo a que Elsa lo golpease.

— ¿Qué fue eso? — dijo Mérida después de unos años en silencio.

— T-te dio un beso — habló despacio Anna, asimilando todo. 

Alzó la cara completamente sonrojada — De parte de anónimo... — miro la carta sorprendida. — Voy a matar a ese hijo de puta. 











Ten cuidado, al voltear yo la página, simplemente la arranco.

Cartas a Snowflake //Jelsa//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora