Capítulo 18

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Encuentras las cartas en el lugar donde la voz del altavoz te lo ha indicado.

Las observas con perplejidad pero algo en ellas te provoca una ira irracional que se apodera de ti y no te permite pensar siquiera tu próxima acción y decides romperlas instantáneamente. Primero en dos, luego en cuatro, después en ocho. Son trozos grandes, pero ya estás más sereno/a y dejas los pedazos en el suelo.

Miras a tu alrededor y no encuentras a nadie, eso te llama la atención, pero confías en que no debe ser más que una broma. Agudizas tus sentidos para estar más alerta y adviertes que hay olor a humedad en aquella habitación.

Segundos más tarde comienza en el interior una lluvia que te empapa con velocidad.

Comienzas a sentirte débil y adormecido/a. Intentas saber que está pasando, pero no recuerdas siquiera dónde estás.

Te acercas al sillón pero no llegas y caes al suelo con un sueño profundo.

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