Capítulo 41

1.3K 51 35
                                    

Relees el acertijo para estar seguro de que nada falta. Es muy sencillo en realidad, solo tienes que hacer un cuadro y saber de quién es el pez. Qué tan difícil podría ser. Asusta por su largo, eso es todo.

Garabateas toda la hoja, al parecer, te tomas con cierta liviandad la vida de tu compañera y de su hermanito con deficiencias cardíacas. Como siempre, tu ego va primero y subestimas la situación.

Obtienes una respuesta: opción B, el Danés es dueño del pez.

Con seguridad y fanfarroneo, enseñas tu elección. Pero la luz se corta.

El parlante, a oscuras, se ríe de ti: perteneces al 98% de la población que ha fallado, deberías sentirte más terrenal.

La voz jocosa, no solo te hace sentir culpable sino que te hace sentir idiota.

La energía regresa junto con la pantalla. Allí está ella. Amarrada en el suelo. Sollozando.

Acompañándola en el cuarto, un sujeto trajeado de negro enmascarado como una cebra, sostiene un taladro.

Te señala y hace girar la mecha. Parece ser para perforar madera, pero que sabes tú de herramientas.

Tragas saliva en señal de completa desesperación. Siempre que te tienes fe, tu altanería te lleva a malos puertos y terminas tirando todo por la borda.

Qué será del hermanito de tu compañera. Qué tan grave será su situación.

La culpa te carcome y lo mereces. Mereces lo peor.

El hombre de la máscara toma a Julieta por el cuello. Posa el taladro sobre su nuca, justo donde el cerebelo y sin vacilarlo ni un segundo, perfora hasta que la mecha llega al tope.

Repite el procedimiento con el centro de su cabeza como si de una lobotomía se tratase y con sus sienes.

Vuelve de su cabeza un colador de sangre. La imagen es desgarradora e incluso repugnante. Sabes que ha muerto, pero sus ojos siguen abiertos observando a un punto fijo.

Sientes que te observa a ti, porque todo es tu culpa.

El parlante suena y lo miras a Tomás, puesto a que es el que queda sin mencionar. Sabes lo que la voz dirá: puedes abrir el último acertijo.

Ve al capítulo 61.

¿Qué eliges? | Historia interactivaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora