Capítulo 58

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Te sientes un poco con suerte y crees que estás haciendo las preguntas correctas. Esperas que no pase nada por preguntarle al tipo qué pasará contigo ahora. La incertidumbre te consume.

Tu pregunta parece agradarle al hombre nuevo, como si estuviera esperando que le resuelvas esa incógnita. Se sienta en el sillón que en un comienzo tú te sentaste solo unas horas atrás, sin saber absolutamente nada.

El tipo parece disfrutar tu incertidumbre. Un cínico de primera.

—¿Ves a todos ellos? —te dice señalando a Nélida, Marcos, Juan, Julieta y Tomás—. Los cinco fueron ganadores de todo este juego, al igual que tú. En su momento, les he hecho a todos la misma pregunta: ¿podremos comprar tu silencio, prometiéndonos que no dirás palabra de lo que sucedió aquí? Todos dieron la respuesta equivocada. Justamente por esa razón, ahora están aquí, obligados a hacerse pasar por los actores del juego, viendo como sufres sin poder decir absolutamente nada. La decisión recae en ti, y espero no cometas el mismo error que ellos.       

A) Le respondes que es imposible que te compren con nada, y que de hecho los mandarás a juicio por ser unos malditos. Ve al capítulo 67.

B) Le respondes que te interesa su oferta, que de alguna manera pueden comprarte. Ve al capítulo 65.

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