Capítulo 46

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Te quedas atónito por lo que el parlante acaba de decirte. Creías que todo había acabado.

Visualizas por primera vez de donde se entra y sale del cuarto: detrás de la televisión había una puerta corrediza que al parecer solo podía abrirse desde afuera. Nunca podrías habértelo imaginado, más con el poco tiempo que tuviste para pensar.

Sin pronunciar palabra, tus compañeros salen del cuarto al mismo tiempo que el tipo entra (si no tienes compañeros porque los mataste a todos, obviamente no sale nadie).

Ves a un hombre de unos treinta y pico de años. Barba. Flaco. Ojos marrones. No era un tipo para nada llamativo.

Te observa detenidamente sin decir nada. Si no sería tan amenazante, probablemente irías a saludarlo. Lamentablemente, el pánico te congela.

Vacilas en qué hacer y ves como la puerta corrediza termina de cerrarse. Toda posibilidad de escapar se te fue a la basura por quedarte paralizado.

—Hola, ¿cómo estás? No me han dicho si eres de los buenos o de los malos. Cuéntame, ¿hiciste todos los acertijos correctamente? No puedes mentirme —te dice en un suspiro.


(No debes ni puedes mentirle al tipo)

A) Le respondes que sí, que salvaste a todos. Ve al capítulo 52.

B) Le respondes que no, que cometiste algún error. Ve al capítulo 63.

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