DAIMON II Las Puertas Del Infierno Están Abiertas.

Capítulo 22

Pov Ben

Mirar a Beatríz caer al suelo totalmente inconsciente me hizo casi tirar a arianna y a mi juntos, la persona que había golpeado con brutalidad en la cabeza a Beatríz se hizo presente. Cameron me rodeó con una distancia prudente, viendo tal vez que tan peligroso era yo en estos momentos para el, para mi mala suerte, en estos momentos no era ni la mitad de peligroso que era cuando recién fui convertido.

Las botas negras de cameron se posicionaron a dos metros de mi, cuando vio el estado en el que estaba sonrió, estaba complacido que no fuera una amenaza para el.

—¿Enserio creían que podrían escapar así como así? ¿Y sobre todo en ese estado? —cameron sonrió con malicia.

—Dan la impresión de ser muy estúpidos —trague duro para que mi voz pudiera salir un poco más fuerte.

—Eso, ya lo veremos —me dio una mirada tratando de intimidarme y salio.

Pero cameron no nos dejaría solos, ya que después de el salir, el nieto de algul entro haciendo una de sus típicas entradas dramáticas, jamás nos cayo bien a mis hermanos y a mi, siempre hubo una luz de maldad en sus ojos, pero lastima que algul jamás se dio cuenta y ahora todos pagamos sin tener culpa de nada.

—Bah, ¿te gusta esa chica? —pregunto con una mirada de asco viendo a Beatríz. —¿Que tiene de especial? Es solo una humana —rio con lo ultimo que dijo.

—Es mucho más especial que todos nosotros, no necesita ser alguien sobrenatural para ser especial —gruñi.

No podía soportar estar tan débil y no poder matar a este cabrón.

Al parecer lo que dije sobre Beatríz lo hizo enojar por que utilizo esa magia sobre mi de nuevo, haciendo que soltara a arianna desplomándose en el piso al igual que yo pero al otro lado de la habitación, estaba seguro que en cualquier momento estaría inconsciente, ya no tenía las fuerzas para quedarme consciente por más y que lo quisiera.

Los pasos de arioc (El nieto de algul) se escucharon por la habitación hasta llegar a donde me encontraba recuperándome un poco del dolor que me provocaba la tortura.

—¿Aún no lo has entendido no? Que lento eres Ben Génova —

No entendía de lo que sea que estuviera hablando.

Podía escuchar un poco, solo un poco la voz de cameron fuera de aquí como discutía con no se quién por no haberse quedado con el otro chico que nos ayudaría a escapar. Que mi sentido del oído estuviera fayando por la causa de alimento me hacia sentirme como un humano de nuevo, necesitaba estar bien y salir de aquí, pero sabía que solo jamás podría arioc nos tenía en la palma de su mano, éramos como títeres a los cuales podía mover los hilos a su antojo.

—¿Nos llevamos a las dos chicas? —pregunto uno de los agentes, lo que me hizo voltear rápido pero con dificultad mi cabeza.

Se querían llevar a Beatríz y a arianna, algo más malo estaba detrás de todo esto, como podría evitarlo.

—Solo a Smith, la otra no me interesa —Hablo cameron ingresando de nuevo hacia adentro. —¿La quieres para ti? —el muy hijo de puta le pregunto a marc que se encontraba a su lado, como si Beatríz fuera un objeto del cual pueden decidir ellos.

—Ya dejo de servirme, dejemos la para el, veremos si su gran amor por ella lo hace revistiese a la gran sed de sangre —rio con burla acercándose a donde estaba.

—¿Esto es lo que quedo del gran ben Génova? Que decepción —me miro desde arriba cruzado de brazos.

Marc y cameron salieron de la habitación seguidos de dos agentes que llevaban a arianna, a unos cuatro metros se encontraba Beatríz lastimada y conmigo sabía que estaba en peligro, la sangre de ella llegando hacia a mi, hizo erizar la piel.