10.

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El día estaba frío, al levantarme estaba sola en la habitación, Jason había salido ya y había doblado su colcha poniéndola perfectamente en el sofá. Eran las 8:30 de la mañana, porque tan temprano se había levantado y había salido, agarre la colcha y la puse alrededor de mis brazos y mi cuerpo y salí de la habitación a la horrible y asquerosa estancia, pero fue grande mi sorpresa al ver lo que pasaba allí.

Los tres chicos estaban limpiando la casa, y al parecer solo era mugre lo que tenía porque en realidad era bastante bonita, una hermosa casa de campo.
Jason quitaba las telarañas del techo con una escoba, Adam barría el piso, y Derek abría todas las ventanas y quitaba las sábanas de todo lo que estaba en la casa, el sofá, el TV, el escritorio. En realidad todo iba quedando muy bien.

-Wow, ¿Qué es todo esto?- me empecé a reír muy fuerte y los chicos me miraron serios.

-Siguete riendo cuando te des cuenta de lo que pasa- me respondió Adam muy serio, baje las escaleras corriendo.

-¿Qué es lo que pasa?- no quité mi sonrisa de mi cara, ver a Adam haciendo aseo era la cosa más perfecta del mundo, no tenía palabras para describir lo satisfactorio que era ver a Adam sucio lleno de tierra.

-Nos quedaremos aquí un buen tiempo, ocultandonos- aún así no quité mi sonrisa, estaba bien estar lejos un tiempo.

-Por eso limpiamos, propuse que si nos íbamos a quedar aquí esto al menos tenía que verse presentable, y vivir en el mugre sería poco saludable- Dijo Derek.

-Callate, nadie estaba hablando contigo- no sé por qué seguía odiando a ese idiota, pero en verdad no me lo aguantaba. Agarre una escoba salí y empecé a barrer el cobertizo. Afuera estaba el auto y a su alrededor solo había árboles y plantas, a la izquierda de la casa había un lago lo que hacía la casa un poco tenebrosa, pero sin embargo creía que si el día estuviera soleado tal vez se vería mucho mejor.

Al terminar de barrer fui a lo que se suponía era la cocina, daba demasiado asco y creo que los chicos me habían dejado eso a mí, todo por ser mujer.
El lavaplatos estaba negro de mugre y habían platos con restos de comida, sabía que si metía la mano ahí sacaría muchas cucarachas; Abrí la nevera y habían 6 cervezas, una manzana mordida y podrida, un limón con hongos, y una botella con agua, el resto de la nevera estaba sucio y olía a los mil demonios.
En el horno había un pastel, un pastel lleno de gusanos y casi me vomito.

-¡ADAM!- Ese imbécil no podía dejarme arreglar todo este asqueroso asunto a mí sola.

-¡Qué quieres!- gritó desde arriba.

-Necesito que vengas a ayudarme a limpiar la cocina, ¡enserio da asco!- le grité de nuevo.

-No puedo, Estoy arreglando el pasillo de arriba- maldita escoria andante.

Empecé con lo básico, el lavaplatos, lo que más daba asco en la cocina.

-¿Quieres que te ayude?- entró Jason a la cocina con cara de burla.

-¿Sabes que si? Entrá ven te muestro el maravilloso mundo de Disney- lo agarre del brazo y le hice una reverencia mostrándole aquel asqueroso lavabo.

-Ugh, ni de chiste te ayudo- dijo e intentó salir pero no lo deje, lo agarre fuerte del brazo.

-Vamos Jason ¡porfavor! En serio ayudame, ¡TU ME METISTE EN ESTO!- Me miró con expresión de ternura y abrió la llave del lavabo.

-¿Enserio quieres que te ayude con esto?- mire el lavabo y de repente empezaron a salir muchas cucarachas por el agua que caía de la llave, hice una cara de asco y me dieron nauseas.

-Si ayudame- cerré la llave -en algún lugar de la casa debe haber insecticida, búscalo y tráelo, también bolsas de basura, ni creas que lavaré estos platos para reusarlos, todo esto se irá a la basura, incluyendo el pastel del horno.

-¿Hay un pastel en el horno?- dijo con emoción, pero al abrir el horno su cara se tornó verde y se tapó la boca, iba a vomitar.

-Haz lo que te dije por favor- lo empuje afuera y salí también con el, no me iba a quedar en ese asqueroso lugar.

La casa empezaba a oler bien, habían barrido y trapeado la casa como unas cinco veces, con límpido y con líquido de olor, arriba también estaba todo limpio, y a las habitaciones pues no había que hacerles nada, solo quedaba faltando la cocina y el baño de arriba y el de abajo, era todo.
Yo había echado a lavar las sábanas que estaban encima de todo y también las cortinas que habían en las ventanas, las toallas y ropa sucia que había en la casa, no sabía de quién era pero aún así podría servirle a alguno de los muchachos.

-Bien, Derek te toca el baño de arriba- Derek asintió y subió con una cubeta y artefactos para lavar el baño.

-y a ti Adam, el de abajo- siguió Jason.

-¡Claro que no! Qué puto asco, es lo más cochino que hay en toda la casa.

-No quieres ver la cocina entonces- Jason dijo con una sonrisa.

-¡Si quiero verla! No pueden ser tan injustos- Adam entró a la cocina y de la misma manera que entró, salió -Bien, voy a lavar el baño.

Jason trajo todo lo que le pedí y empezamos a botar todo lo que había en el lavaplatos, obviamente me puse unos guantes, no iba a meter mi linda mano ahí en lo más asqueroso que había en la casa, yo nunca había hecho ningún tipo de aseo pero viendo las circunstancias actuales hubiera deseado haberlo hecho antes, casi no tenía idea de lo que estaba haciendo. Cuando terminamos de botar todo lo que había ahí, seguimos con el pastel del horno, luego con lo de la nevera pero obviamente Jason no dejo que tirara las cervezas así que tiré todo lo demás.

Después de deshacernos de todo lo asqueroso que había allí empezamos a limpiar, Jason lavaba la nevera, y yo limpiaba el horno, los mesones de la cocina y el lavaplatos con límpido.
Cuando terminamos, abrimos los cajones de madera que habian y ahí habían platos y vasos y también cubiertos, todo lleno de polvo pero eso sí lo lave, no lo bote porque probablemente nos iban a hacer falta, también unas ollas que habían bajo el mesón, Todo lo dejamos perfecto. Eran las 3 de la tarde y no habíamos almorzado aún, y el desayuno solo fue un pan con una coca cola.

Después de todo ese aseo ni hambre nos dio, todos nos fuimos a dormir un rato para ir después a comer algo al pueblo más cercano y a hacer un mercado para el tiempo que nos íbamos a quedar ahí.

Diario de una zorraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora