Me dolía la cabeza como nunca, desperté como si hubiera bebido toda la noche, cualquier ruido hacía que mi cabeza quisiera explotar; Afuera llovía y el sonido de la lluvia impactando con el techo me hacía estremecer entre las sábanas que olían a un rosal, sábanas y almohadas que no conocía. Trate de abrir mis ojos con dificultad, la luz era artificial pero a mi parecer estaba igual de fuerte que la luz del sol.
Mi brazo fue directo a mi frente húmeda, había sudado mucho lo cual me parecía extraño ya que la habitación se sentía muy fría. Cuando pude adaptarme a la luz observe con detenido detalle la habitacion, no habia estado nunca en este lugar pero no parecía algo que debiera preocuparme, todo estaba en un perfecto orden, me encontraba acostada en una cama de un tamaño bastante grande y junto a ella tenía dos mesas de noche a cada lado, habían dos puertas, una que probablemente dirigía a un baño y la otra a la salida, un armario, un escritorio con un cuaderno y un bolígrafo y junto a eso había un espejo gigante en toda la pared.
Me costaba recordar como era que había llegado hasta aquí, probablemente Jason me había llevado de regreso a la cabaña y habíamos tenido que huir a otro lugar el cual era este, todo era normal en estos momentos, cualquier cosa que se saliera de mi pasada realidad era absolutamente normal.
Me levanté de la cama tratando de no irme al piso, me sostuve de las paredes al no poder estar de pie por mi misma, no sabía cuánto había dormido y eso me tuvo que haber causado la pérdida de energía. El espejo era de verdad muy grande, no sabia quien lo había traído o porque, pero eso era lo único anormal que encontraba en el lugar, un espejo incrustado a la pared el cual era de un tamaño innecesario. Entre al baño y me lave la cara con agua, quise meterme a la ducha pero no tenía ropa la cual ponerme, no sabía ni siquiera cuando me había puesto esta pijama tan ridícula. Agarre mi cabello en una coleta y salí del baño, busque en el armario algo que ponerme pero no había nada, solo un vestido blanco con pinta de ser granjero, era eso o estar en pijama todo el dia asi que me vestí.
Sobre el escritorio había una nota que decía "No puedes salir hasta que yo te abra la puerta Vanessa, hazme caso, es muy peligroso -Derek" mi vida no podia ponerse peor, de verdad, nada podia hacer peor a mi vida que todo esto. Me senté en la cama tratando de buscar algo que hacer en la habitación para no aburrirme, tal vez por eso no había despertado antes.
Recosté mi cabeza en la almohada y me quedé mirando el techo, preguntándome en que si tal vez no hubiéramos conocido a Jason todo habría sido diferente, aunque el no tenia la culpa, yo solo quería encontrar a quien culpar. De repente oí unos golpes en la puerta, me puse de pie y camine hasta ella.
-¿Derek? ¿eres tu?- Dije pegando mi oído a la puerta.
-Emm no, soy, soy...-Hablaba pero no decía nada, no reconocí su voz pero sonaba nervioso.
-¿Quien eres? ¿que rayos pasa?
-Soy Jackson, un amigo de Adam, quiere que te mantenga escondida mientras ellos regresan, solo queria preguntarte si quieres algo- Su voz era oscura y profunda.
-¿Puedes abrirme la puerta? ¡estoy aburrida aquí!
-De hecho no, pero si quieres puedo traerte algun juego de mesa.
-Los juegos de mesa para una persona son aburridos, no quiero jugar, solo traeme comida, estoy muerta del hambre- Dije y me retire de la puerta.
-Claro- Dijo y sus pasos se alejaron.
Me senté en el escritorio, estaba un poco confundida con todo esto, ¿porque Adam me dejaría con una persona que no conozco y porque Jason iba a estar de acuerdo?, no entendía nada, la nota que Derek había dejado era un poco extraña, ni siquiera recordaba la última vez que lo había visto, ni a Adam, ¿fue en el lago? ¿porque no podia recordar nada?.
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Diario de una zorra
Teen FictionVanessa Stone creia que sus problemas solo se basaban en el color de lápiz labial que debía usar en el dia o con cual chico salir el fin de semana. Ella no sabía todos los conflictos que se traían escondido su familia hasta que conoce a un chico, De...