Diario de una zorra

7.

Esperaba afuera del colegio a Jason mientras platicaba con Amber y las gemelas, Cris había decidido irse en el autobús escolar porque a las 2:00pm tenía clase de violín y ya era la 1:30. Hace unos años yo tocaba el piano y juntos tocábamos una hermosa canción que ya ni siquiera recuerdo y es cierto, he cambiado demasiado pero me gustaba ser como era ahora, dominante, egoísta, orgullosa y mis sentimientos solo se los demostraba a tres chicos, mi padre Louis, mi hermanito Adam y mi mejor amigo Cris.

¿Recuerdan a Zoe? Ella Cris y yo éramos uno solo, siempre estábamos juntos y después de ganar mi popularidad los tres nos alejamos. Zoe fue la que mas se alejo, ahora ni siquiera le hablaba a Cris.

Los extrañaba demasiado, era como un profundo vacío el que había en mi pecho cada que pensaba en nuestros momentos juntos y mis ojos se llenaban de lágrimas al pensar en eso, antes no podía imaginarme un futuro sin que ellos no estuvieran, pero ahora mi egoísmo había hecho que lo que nunca me imagine que pasara pasó y que ya nada sería igual. Veía a Amber y veía a una chica egocéntrica que solo le importa ella y nadie mas, en su periódico escolar podría poner algo que te destruiría por completo pero a ella jamás le importaría verte en el piso arrastrándote como gusano queriendo salir, ella siempre iba a estar ahí para pisarte y adivinen de quien aprendió eso, sí, de mi.

Nunca me imagine ser como las perras imponentes populares pero mírenme, todo por un chico. En Sara veía simplemente una zorra, todo el colegio hasta los menos populares se habían acostado con ella y en Emily, era la única diferente, ella tenía unos bonitos sentimientos, era una chica linda y sencilla, yo no entendía cómo alguien como ella no podía conseguirse a un chico que enserio le valorará, pero era demasiado claro que ella solo hacia lo que su hermana le dijera.

-¿Vamos a esperar todo el día aquí? -Hablo Amber arrugando su nariz y cruzando sus brazos -Quiero irme a casa.

-Pues vete no te lo estoy impidiendo- dije sin mirarla.

-Deja de ser odiosa, el primo de Vanessa no debe tardar en llegar- Hablo Emily quien estaba en el volante de su auto, Sara y Amber estaban afuera de el.

-No es mi primo, es... -lo pensé un poco, en realidad no sabía ni lo que era -es un amigo de la familia.

-¿Por el es que Adam huyo de tu casa?- Asentí lentamente con la cabeza, volviendo a marcar al teléfono.

Al contestar se oía agitado.

-Vanessa estoy a unas cuadras ¿estás afuera? Dime que estás afuera por favor- se escuchaba bastante desesperado.

-Si idiota estoy afuera.

-Bueno, debes subirte al auto lo mas rápido que puedas ¿me entiendes?

-¡¿Que?! ¿Porque?

-Luego te explico, despídete de tus amiguitas.

Al colgar, el auto rojo se vio volteando en la esquina de la calle a toda velocidad, me despedí de las chicas y corrí hacia el auto donde la puerta del copiloto ya estaba abierta, no pasaron ni dos segundos y Jason ya había arrancado muy rápido, se veía asustado y miraba hacia todos lados.

-Dime que sucede Jason- lo mire bastante preocupada.

-Alguien me esta siguiendo, no puedo dejar que vean donde me escondo- levante una ceja al no entender a que se refería, el entendió mi expresión -Iremos a un Motel hasta que dejen de seguirnos.

-¿Esta es otra de tus malditas bromas?- Empezaba a enojarme de nuevo.

-¿Te parece esto una broma?- Sacó un arma de la guantera y la puso en mis piernas.

-¡QUÍTAME ESO DE ENCIMA!, detente aquí yo agarro un taxi para mi casa- me quite el cinturón pero el me lo volvió a poner.

-No Vanessa pueden seguirte a ti también- me puse la mano en la frente, esta visita nos iba a salir demasiado cara, el idiota se había metido en un gran problema, yo no me imaginaba que un chico como el pudiera estar en algo así. Escuche un auto que venía hacia nosotros por delante, venía a tanta velocidad que no pude reaccionar hasta que vi a un hombre salir por la ventana del auto y apuntar al nuestro con un arma -¡Vanessa abajo! ¡AGACHATE!