Entrando en detalles sobre mi vida personal de la cual no me gusta hablar con mis amigos o conocidos dire que amo a mi pequeña familia, solo somos mi padre, mi hermano mayor y yo. Aunque alguna vez tuve una madre, no la recuerdo ni la quiero recordar, solo se que nos abandonó y eso es lo que importa, que ella dejó de ser nuestra madre hace mucho tiempo.
La decepción de mi padre fue tal como la de mi hermano, ellos la conocian y la apreciaban mas que yo; yo solo era una pequeña niña que no entendía lo que pasaba, no hubo ni una carta ni un adios, solo nos despertamos un día como cualquier otro sin esa mujer en la casa. Nos preguntamos por mucho tiempo si algún día volvería, pero perdimos la esperanza. Mi padre no quiso buscar a otra mujer después de eso, decía que no quería darle la oportunidad a alguien más para que lo hiriera y de todas maneras no le hacía falta, un hombre tan adinerado como lo era mi padre no tenía que restarle importancia a asuntos que no fueran financieros.
¿Se han preguntado alguna vez si lo que pasa es culpa suya?. Yo me lo pregunte muchas veces, tal vez si yo no hubiera nacido ellos aún serían una familia feliz, no tendrían una niña por la cual preocuparse o dejar de hacer sus cosas para cuidarme. Ella nunca me miró con el amor que miraba a Adam, el era todo para ella y yo solo era el pedazo de escoria que le había salido de entre las piernas. Dolía cada segundo en el que pasaba ese recuerdo por mi memoria.
Con mi padre todo era diferente, siempre fui su niñita adorada, le dolía todo lo que esa mujer podia hacer en mi contra asi que fue por eso que empezaron sus pleitos, no se porque ella nunca me vio como su hija. Eso hace que una niña crezca con problemas de seguridad, nunca fui segura de mi misma y eso me hacia ser una completa PERRA.
Era lunes, otro de los muchos lunes tediosos y horribles que había tenido y que tendría en mi vida, el comienzo de la semana y de nuevo el regreso a la escuela, cosa que odiaba. Me bañe, me puse una blusa blanca con el estampado de "All you need is love", un jean azul con unos converse blancos y baje a desayunar encontrando a mi padre y mi hermano Adam charlando entretenidamente de algún tonto equipo de fútbol americano; Al notar mi presencia, mi padre me saludo amablemente sonriendo como siempre y haciendo una seña con su mano para que me sentara a su lado. Agarre una rebanada de pan y le puse queso crema, me serví un poco de jugo de naranja y me dispuse a desayunar escuchando sus idioteces de hombres.
-Vani ¿crees que deba conseguir una nueva mamá para ti?- dijo mi padre con tono de burla y moviendo sus cejas de arriba a abajo, me reí entre dientes.
-Sí padre, ojala sea una gorda y que sepa cocinar mejor que Tiana, gracias- respondí con la misma sonrisa con la que él había preguntado, a mi padre siempre le gustaba bromear con esas cosas y a mi no me molestaba. Adam también estaba sonriendo.
-Oh cariño, pero si Tiana es la mejor cocinera que nunca hemos tenido- dijo con sarcasmo, Tiana era la señora que ayudaba con el aseo de la casa de toda la vida, pero no cocinaba muy bien y no podíamos botarla, pues ella era quien atendía todas nuestras necesidades y arreglaba la casa, como la empleada pero era más vista como una nana, le teníamos bastante aprecio.
-Probablemente este tras esa puerta escuchando en este momento- Señale y todos nos empezamos a reír en cuanto ella entró con cara de pocos amigos mirándonos de reojo.
-¿De que se ríen con tanta emoción?- Preguntó con sigilo adentrándose a la cocina.
-Solo de un chiste Tia, pero ya debemos irnos porque llegaremos tarde- Ella asintió y yo me levanté de la mesa junto con Adam, el me miro juntando sus cejas y poniendo una sonrisa, de inmediato supe lo que estaba planeando, corrí hasta mi habitación y me cepille los dientes lo más rápido que pude, no me dio tiempo de hacer algo más porque ya estaba corriendo de regreso hasta el jardín en donde estaba el auto, llegue primero y di mi grito de victoria en cuanto toque la puerta del auto, pero cuando iba a entrar en él, sentí todo su peso sobre mi haciéndome caer al piso. Solté un pequeño grito de dolor y empecé a golpear su espalda para que se quitara de encima pero este no me hacía ni un poco de caso y no paraba de reírse.

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Diario de una zorra
Novela JuvenilVanessa Stone creia que sus problemas solo se basaban en el color de lápiz labial que debía usar en el dia o con cual chico salir el fin de semana. Ella no sabía todos los conflictos que se traían escondido su familia hasta que conoce a un chico, De...