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FOTO: Ian Vega


(POV VANESSA)

Mi cuerpo dolía del poco uso que estaba teniendo, solo me levantaba de la cama para ir al baño y eso hacía que mis rodillas rechinaran al flexionarse. Llevaba mas de tres semanas metida en estas cuatro paredes que me estaban volviendo loca, solo veía el rostro de Jackson o Ian, como fuera que se llamara, unas cuantas veces en el dia y eso era todo, por lo cual solo tenia sueños con el y su cara, que por cierto empezaba a parecerme mas atractivo cada dia mas, lo cual me hacia sentir mas loca de lo que ya estaba.

El hombre que había intentado violarme era uno de los ahijados del "jefe" osea, el papá de Derek e Ian, asi que el no podia hacer nada para vengarme. Aunque eso no era algo que me tuviera triste o desecha, muchos hombres antes que el intentaron violarme o incluso lo hicieron y yo ni siquiera lo recordaba, la pasaba ebria todos los fines de semana y en esas fiestas algunos se aprovechaban de mi, lo bueno era que no tenía memorias de lo sucedido. 

Donde estaba el pecado estaba yo, no me sentía orgullosa de eso pero no era algo que podia negar con facilidad, todos los que me conocen solo pueden hablar barbaridades de mi y aunque no quiera aceptarlo todo lo que decían de mí era cierto, mi reputación no era algo de lo que podia presumir y sentía que por eso estaba aquí, estaba pagando por todo lo que había hecho. Karma, maldito karma.

Hoy el dia se sentia mas frio de lo normal, me levante para cepillarme los dientes y el agua que salía del grifo era helada, me metí en la ducha y mi cuerpo se tenso al sentir el contacto con el agua, cerré la llave de inmediato ya que no podia pasar mucho tiempo bajo ella sin congelarme. Me envolví en la toalla y salí del baño para buscar entre el armario algo abrigador para ponerme, Ian se había encargado de traerme ropa para toda ocacion. 

La toalla se deslizó hasta mis pies y la lance con el pie hasta la silla del escritorio, me empecé a vestir y me puse un panty de algodon. Cuando iba a ponerme el bra sentí dos ojos pegados a mi espalda, me giré de inmediato pero no había nadie. Seguía sintiendo la mirada puesta en mi pero no encontraba los ojos de la que venía, ignore el hecho de sentirme observada y me segui vistiendo, me puse una sudadera y un pantalón que le hacía juego, me puse unas medias para abrigar mis pies del frío y me lancé de nuevo a la cama. Escuche un ruido proveniente de la pared tras el espejo, me quedé quieta un momento y luego lo volvi a oir, no quise levantarme de la cama asi que tomé el libro que había en mi mesita de noche para fingir que leía, algo estaba demasiado raro.

A los segundos sentí unos golpes en la puerta.

-Pase- Respondí.

-Te traje el desayuno- Entró por la puerta con una bandeja y una media sonrisa, apreté mis labios en una sonrisa forzada y recibí la bandeja.

-Gracias.

-¿Te gusto la ropa?- Asenti - Perfecto, bueno, te dejo comer- Se dispuso a salir de la habitación pero lo detuve.

-Necesito que me hagas un favor- Le dije antes de que saliera.

-Vanessa tu sabes que...

-Por favor, es algo simple, solo escuchame- Insistí.

-Esta bien, dime.

-Necesito que me ayudes a quitar ese espejo, he tenido pesadillas con el, ¿puedes ayudarme?- Su cara se torno pálida y evitó mirarme a los ojos.

-Lo siento, estoy muy ocupado, tal vez otro dia- Iba a salir pero corrí hasta el y lo tome del brazo obligándolo a mirarme, el cerro la puerta con rapidez pensando que iba a escapar o algo.

-Eso no es un espejo, se lo que es- Sus labios se apretaron, después rodó los ojos y sonrió.

-¿Si? ¿que es?- Respondió retandome con la mirada.

-Me estas observando a través de el, ¿no?- Lo rete también pero mis manos temblaban, temía oír la respuesta, el en cambio solo se rio.

-¿Estas loca? ¡claro que no!- Seguía riendo pero cada vez se transformaba en una risa nerviosa.

-Entonces quitalo, no me gusta- Me crucé de brazos.

-No puedes demandar nada aquí, si no te gusta pues no lo mires- Abrió de nuevo la puerta -Si me disculpas, estaré trabajando en mi computadora.

-¡Quitalo!- Sabía que el me estaba observando y no quería que lo siguiera haciendo, me empezaba a alterar.

-¡Ya te dije que no!- El tambien levanto su tono de voz, camine hasta el escritorio y agarre la silla.

-¡Voy a romperlo!- le grite.

-Vanessa baja eso, no quiero que te hagas daño- se acercó a mi lentamente, sus ojos de nuevo trataban de controlarme pero esta vez deje de mirarlo y con todas mis fuerzas golpee el espejo que se partió en mil pedazos en un segundo, un vidrio rozó mi brazo y eso hizo que empezara a sangrar aunque eso no era lo que me preocupaba, si no lo que habia detras, tenia una sala completa con muebles y sillas mirando hacia mi, ¿cuantas personas me habían estado observando? me sentía asqueada. Sentí un brazo rodear mi cuello y me desmaye.

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Desperté sintiendo como todo a mi alrededor se movía, estaba en un auto, abrí por completo mis ojos y estaba sentada al lado del copiloto junto a Ian, tenía mis manos y pies amarrados.

-¿Estas bien preciosa? ¿te hice daño?- Mi cabeza empezaba a doler y mi cuello se sentía tensionado, mire mi brazo que antes recordaba sangriento y ahora estaba envuelto en una benda.

-A donde vamos- mi voz salió un poco ronca.

-Ya estamos cerca, iremos a una casa alejada de todo, solos tu y yo, ¿no te parece genial?- Su sonrisa me aterraba, quería gritar pero el arma que tenía en su mano me detenía.

-¿Porque me haces esto Jackson?- dije envuelta en llanto, empece a llorar desconsoladamente, no queria estar mas con este loco.

-Ya te dije que no me llamo Jackson preciosa, soy Ian- Respondió con un tono relajado mientras conducía -Solo quiero que estes bien y que estes feliz, eso es todo.

-Si es lo que quieres, deberías llevarme a mi casa, con mi padre y mi hermano.

-Es lo último que quieres hacer cariño, créeme- Mi corazón empezó a latir mas rápido.

-¿Que? ¿de que hablas?

-Que deberías olvidarte de ellos amor, de ahora en adelante solo seremos tu y yo, y nuestros hijos claro- Sonrió de nuevo.

-¿Que? ¡No, no! por favor déjame ir- Sollocé con fastidio mientras trataba de abrir la puerta del auto.

-¿Qué quieres hacer? ¿saltar de un coche en movimiento?- Frunció el ceño -¡Quédate quieta Vanessa!

Trate de tranquilizarme -No entiendo, ¿estas haciendo esto para vengarte de mi padre?

-Claro que no amor, al contrario, quiero ser un gran nuero para tu padre- Entrecerré mis ojos tratando de comprender -Quiero que seas mía, y lo vas a ser.

-Ian..

-No quería que fuera asi Vanessa, quería enamorarte pero te pusiste demasiado complicada, contigo solo hay una manera y esa es a la fuerza- Me dio una última mirada y siguió conduciendo sin hablarme mientras yo lloraba en silencio.

Diario de una zorraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora