81. Hiccup Haddock.

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¿Cuánto tiempo había pasado? Parecían años, incluso siglos, pero estaba plenamente conciente de que sólo habían sido un par de meses. Los peores de mi vida.

—¡Qué no, Hiccup! ¡Me niego! —Protestó Ayler como cada día.

—Piensa bien Ayler, esto es lo mejor —dijo Brutacio, respaldado por Ayerbe.

—¿O qué? —Enarcó una ceja.

Me encogí de hombros —. O guerra.

Me reí. Porque me encantaba como el tipo temblaba ante la sola palabra, lo bastante asustado por todas mis amenazas sobre aliados. Y porque no estaba jugando, era muy enserio que volvería a pelear, ganaría hasta con los ojos cerrados.

—¡No puedes hacer tal cosa! —Gritó, intentando ocultar su miedo tras una fachada de rabia.

Brutacio y yo reímos.

—Sí puede —dijo él.

—Y va a hacerlo —se lamentó Ayerbe, todavía ajeno a mi actitud borde.

—¡Maldito seas Hiccup Haddock! ¡Nunca me das más opciones!

—Te estoy dando dos: aceptas o guerra. Aunque hoy me siento generoso, ¿que tal si te marchas para siempre, como tercera opción?

Ayler apretó los puños, resistiendo el enojo que ahora sí sentía.

—No llevas aquí ni un año y ya me ha parecido una eternidad —bufó.

—¿Qué eliges? Te daría un día para pensarlo pero en realidad no soy tan paciente —me crucé de brazos —. Así que tienes... Una, no, media hora y di que te fue bastante bien.

Bufó de nuevo y salió a trompicones. Después de todo, aún no terminaba de creer lo fácil que había sido someter a este tipo. Incluso resultaba gracioso.

—¿No crees que te pasaste un poco? —Preguntó Ayerbe.

—¿No crees que merecía algo peor? En realidad, lo trato bastante bien a como en realidad merece.

—Pero...

—Hey, déjalo así —Aconsejó Brutacio y Ayerbe se quedó callado.

Brutacio me conocía a la perfección. Había sido un gran amigo desde los 15 y por supuesto que se sabía mi vida y mis problemas. Por eso él sabía cómo reaccionar ante esto.

En cambio, a Ayerbe lo conocía hace poco y él sólo había visto mi lado "bueno", era obvio que no se acostumbrara aún a mi actitud de mierda recién devuelta.

Ayler volvió con 15 minutos de sobra.

—Acepto tus malditas condiciones Haddock.

—Excelente, ahora Chimuelo podrá traer a sus amigos —dijo Brutacio.

—No quiero problemas con esto Ayler, ante cualquier mal trato las cosas van a ponerse peor, ¿entendiste? —Él asintió —. Entonces ¿cómo deben portarse tú y tus hombres a partir de ahora?

—Pacíficamente ante cualquier avistamiento de dragones, sin trampas y sin armas... O habrá un castigo.

—Muy bien, haz tomado la mejor decisión —sonreí —. Ahora ve a notificarlo a tu pueblo.

Encuentrame (Hiccup y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora