Capítulo 1. Chico misterioso en el Sunny

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No era pirata ni pertenecía a la Marina, solo era un simple aventurero con un sueño

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No era pirata ni pertenecía a la Marina, solo era un simple aventurero con un sueño. Conocer a la navegante de la tripulación del sombrero de paja. Cuando supo que podía controlar el clima aquella chica, quedó maravillado y, desde entonces, comenzó a investigar más de ella. Cabello anaranjado, ojos marrones y con una mirada muy dulce. Así lo veía él. Y a parte de ser muy hermosa, le encantaba la inteligencia que poseía. Dibujar mapas, predecir en el momento exacto cuando iba a ocurrir algún cambio en el cielo y, por último, controlar el clima. Sobra decir que también él quería hacer algo como eso.

Decidió partir en su búsqueda porque ya no aguantaba la idea de que ella le enseñara todo sobre ser un gran cartógrafo y, si se puede, también predecir un cambio en el tiempo. No dejaría que nadie fuera interrupción en su camino, mucho menos el Nuevo Mundo iba hacerlo. Sigilosamente se escabulló en un barco de la Marina, después robó un pequeño bote cuando ya había ingresado en el mar más peligroso.

No tuvo complicaciones al principio, todo marchaba bien, se cuestionó si todos esos rumores sobre el Nuevo Mundo eran absolutamente mentiras, no era más que un mar tranquilo; pero, como siempre, pensó las cosas muy rápido. Del cielo comenzó a caer unas gigantescas rocas de hielo, su bote iba hacer destrozado en segundos.

Pensó que iba a morir.

Divisó entre todo el movimiento una isla, en ese momento no le importó si era peligrosa, solo remó hasta allá. Un gran bloque de hielo se aproximaba a él desde el cielo, lo supo cuando una sombra lo cubrió; remó más rápido. Mordía su labio inferior mientras sus ojos se cerraban, haciendo una mueca graciosa. Cuando pensó que ese bloque de hielo se encontraba fuera de su alcance, fue sorprendido al salir volando del bote, lamentablemente se había empotrado en la parte de atrás, causando así su vuelo.

Miró a todos lados buscando a la isla y, pensando que ya no tenía salvación, la encontró, solo tenía que nadar hacia el norte. Comenzó a ir cuando un bloque de hielo cayó al frente de él. Sus piernas estaban siendo dañados mientras nadaba por los bloques de hielo, pero no tenía pensado detenerse. Le faltaba muy poco. Gruñó cuando sintió el frío calarle en los pies. Ya dejó claro que no iba a parar. Una fuerte raspadura en su rodilla lo hizo gritar, el corazón parecía salirse por el dolor. Sus ojos se cerraban de poco a poco, pero no los hizo por completo. Siguió nadando, quejándose de la rodilla todo el tiempo, sintió algo arenoso en los dedos de los pies, inconscientemente, sonrió.

Se permitió caer en la arena, ya se encontraba en la isla, aunque de igual manera el mar le mojaba las piernas y los bloques de hielo caían, pero ya no eran tan grandes. Su visión se volvió borroso en cuestión de segundos, trató de mover la pierna donde tenía afectada la rodilla, gritó fuertemente.

Después de todo sí iba a morir.

. . .

— Vaya muchacho, en sus planes de seguro no está morir.

Los celos de Monkey D. Luffy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora