14- Recuerdos Recuperados

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~PDV NASTYA~

Cada vez que miraba sus ojos una sensación de familiaridad atravesaba cada rincón de mi cuerpo, era cómo si ya lo conociera de antes.

—Como te decía… los burros ríen mientras las vacas vuelan. —Pude notar que la conversación no tenía sentido.

—¡¿Qué estás diciendo?! —exclamé horrorizada ante tan natural conversación.

—Lo siento. —Articuló entre una risa melodiosa—. Pero como no estabas prestando atención tuve que hacer algo.

—Disculpa. —dije totalmente avergonzada.

—¿Te encuentras bien? —Inclinó su cuerpo hacia la mesa y colocó sus manos entre cruzadas para recostar sobre ellas su mentón.

—Si, mejor que nunca. —Mentí al tiempo que le ofrecía una sonrisa.

—Nunca supiste mentir. —habló entre dientes.

—¿Perdón? —Lo observé intrigada, estaba segura que lo había escuchado hablar.

—No he dicho nada, pero ya que veo que estamos hablando en una conversación fluida y coherente ¿Quién es el chico con el que siempre andas? —Sus expresiones se endurecieron con esa pregunta.

—Gael es sólo un amigo. —Por algún motivo me dolió que desconfiara de mi, como si lo estuviera traicionando—. Me ayuda siempre que me pierdo o me olvido de algo, fue el primero en hablarme cuando llegué aquí.

—¡Qué alivio! —Suspiró, nunca pensé que contuviera tanto aire guardado.

—¿A qué se debe esa pregunta? —Reí algo inquieta.

—A nada en particular. —Un brillo especial en sus ojos me decía que estaba mintiendo.

—¿Y tú, tienes novia? —Me animé a preguntar tímidamente.

—Si. —Juraría que la tristeza se reflejó en su rostro y a mi me atravesó el corazón sin motivo alguno.

—Que bueno. —Es lo único que pude decir para luego bajar mi mirada al plato del postre.

—Pero ella se alejó de mi para que no me doliera ver cómo poco a poco se iba olvidando de mi, culpa de una enfermedad que le diagnosticaron. —Algo en mi interior se revolvió y dolió, sin quererlo lágrimas rodaban por mis mejillas.

—Y me encontraste. —Lo miré a los ojos tiernamente.

—Y lo haría las veces que fuera necesario. —Se acercó y sin necesidad de decir nada más me besó, nada más importó.

Volver a sentir sus labios suaves sobre los míos despertó todos mis recuerdos, todo aquello que había querido enterrar para que él no sufriera, pero su amor es tan terco como el mío.

—Me hiciste tanta falta. —habló tan feliz que no pude contenerme y fui yo quien le arrebató un beso.

Era tanta la emoción que sentía en mi pecho que no me di cuenta cuando caí al suelo desmayada  siendo atrapada en sus brazos.

Un Deseo: No OlvidarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora