Todos piensan que porque la ven sonreír es feliz, también todos se preguntan ¿Qué hace una chica de ciudad en un rancho en México trabajando?, Lauren huye de la peor cosa que su familia le pudo hacer, pensando que todo estaba perdido.
Camila solo bu...
El viaje había sido bastante largo fueron casi 7 horas desde California hasta Boston pero ahora estaba aquí a solo unos kilómetros de mi hija, bajamos del Jet de Robert y caminamos a la salida del aeropuerto pero mi sorpresa fue ver a mi hermano esperándonos.
-Zac ¿Qué haces aquí?- Pregunte antes de abrazarlo.
-Camila me hablo hace rato para contarme ya que tú no tuviste tiempo de avisarme, hice las cuentas de la hora que salieron así que tome el avión y viene, llegue con tiempo para que no se me fueran- Dijo y saludo a Robert con un apretón de manos.
-Si lo siento, estaba tan emocionada que se me olvido, pero gracias por venir- Le dije y empezamos a caminar a la salida.
-¿Estas nervioso Austin? Es la primera vez que verás a tu hija- Pregunto Zac.
-Es una sensación que no controló, estoy nervioso, feliz y asustado, pero más que nada feliz porque bueno nunca creí tener hijos y esto es nuevo para mí así que no sé son muchas sensaciones juntas- Lo tome de la mano para darle seguridad y que él me diera a mi, ambos la necesitábamos.
-Tranquilos todo saldrá bien- Llegamos a la salida y un auto nos esperaba- Vengan suban.
El camino del aeropuerto a Charlestown el barrio donde crecí sentí que se hizo eterno aunque en sí solo fueron unos 20 minutos, entre más nos acercábamos pude ver la gran casa y cómo no si era la más grande del lugar, papá la mando construir mucho antes de que Zac naciera aún cuando era novio de Jennifer porque él se imaginaba un futuro con ella y así fue.
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-Wow ¿Esa es su casa?- Pregunto Robert cuando páramos frente a la mansión.
-Si, un poco humilde para el gusto de mi madre pero se conforma- Le dije con una sonrisa falsa.
-Solo esperemos que tengamos suerte y mamá no esté- Dijo Zac bajándose del auto y en seguida nosotros.
Caminamos a la reja de entrada y dos guardias al vernos rápido se acercaron, uno lo conocí al instante ya que él desde que recuerdo a estado de guardia, un hombre de unos 45 años.
-Señorita Lauren ¿Es usted?- Pregunto muy asombrado.
-Si Omar soy yo, estoy de vuelta- Le dije con una sonrisa, rápido abrió la puerta y me abrazo, siempre fue un buen amigo, varias veces él tuvo que echarse la culpa de las travesuras que yo hacía.
-Que gran sorpresa que esté aquí señorita Lauren pero sabe que tiene prohibido venir aquí- Eso último lo dijo con tristeza en sus ojos.
-Es ilógico que después de vivir aquí ahora tenga prohibido acercarme- Le di una sonrisa- Pero tranquilo tengo una orden del juez donde dice que puedo venir- Le enseñe la hoja pero no la quiso leer.
-Yo confió en usted, disculpe señor Zac no lo salude, ¿Como está?- Le saludo a mi hermano y después a Robert- Hola caballero- Apenas iba a contestar cuando una vocecita se hizo presente mientras corría hacia donde estábamos.
