Little Wolf || ✞️ TaeGi ✞️

✞️ ONCE ✞️

Habían pasado tres meses desde la última vez que Taehyung y Jimin vieron a Jungkook.
Jimin había estado soñando con él esos últimos días, pero siempre, al querer tocarlo, las manos del vampiro lo cortaban. Sentía un intenso dolor cuando aquellas manos, que antes le causaban placer, ahora le desgarraban la piel. Aunque al despertar aquel sufrimiento desaparecía, todo resultaba ser producto de su imaginación, nada era real. O eso creía él.

Jungkook apagó las velas que había encendido para llevar a cabo el ritual de invocación del alma. Era de noche y al estar Jimin durmiendo era más fácil atraer su espíritu, claro que tenía consecuencias; como fuertes alucinaciones, dolor mental y espiritual y si no se llevaba a cabo de forma correcta, la muerte. Gracias a los Dioses todo había estado resultando bien las veces que lo hizo.

— Dijiste que no sentías nada por el humano. —habló Seokjin de pie detrás de él.

— Y así es. —afirmó limpiando las lágrimas que recién había dejado salir.

-— ¿Por qué lloras entonces? —preguntó.

— Se le llama 'actuar', ya deberías saberlo, eres experto en eso. —se excusó Jungkook rápidamente.

— Ya, cálmate. —Seokjin puso los ojos en blanco antes de acercarse más al menor— No necesitas ser sarcástico. —ambos rieron— ¿Para qué lo llamaste esta vez? —volvió a preguntar dejando de reír.

— Tengo un plan. Pero antes debes aclararme algo. —hizo una pausa para colocarse completamente de frente a Seokjin.

Ambas miradas se cruzaron, los dos por fin con los ojos rosados ya que Jungkook no necesitaba cubrirlos más con aquellos molestos lentes de contacto.

— ¿Por qué hiciste eso? —preguntó el menor mientras levantaba la mirada con una ligera mueca de disgusto.

— ¿De qué hablas? —Seokjin se hizo el desentendido, pero sabía muy bien de que hablaba el vampiro de menor rango.

— ¿Por qué tomaste control de mi cuerpo? —preguntó demandante— No era necesario, lo tenía bajo control.

— Estabas siendo muy blando, tenía que hacer algo para que no echaras a perder el plan.

— Sí, pero ahora tengo una horrible cicatriz en la espalda por tu culpa. —respondió— Las únicas uñas que solía tener marcadas eran las de Jimin.

Seokjin lo miró confundido— ¿Estás seguro de que no lo amas?

— Seguro... —respondió con la mirada al suelo.

— Jungkook —volvió a llamarlo acercándose más a él—. Somos como hermanos, puedes confiar en mí. No le diré nada al señor, tu secreto estará a salvo conmigo. —Seokjin lo observó.

Jungkook sintió que su mayor estaba leyendo sus pensamientos, lo cual era algo que Seokjin podía realizar sin problemas, por eso solía proteger su mente. Pero ahora, se sentía sumamente al descubierto por una razón que desconocía.

— ¿Te gusta de verdad? —preguntó absorto.

Quería negarse, debía hacerlo antes de dejar su mente desnuda ante su hermano. Pero no podía, ¿por qué no podía? Solía ser un buen mentiroso, ¿por qué sus dotes de actor no querían colaborar con él justo ahora?

— ¿Qué hacen aquí? —preguntó el pelirrojo entrando al cuarto, interrumpiendo la conversación de sus subordinados.

— L-lo estábamos esperando, señor. —respondió Jungkook desviando la mirada de aquellos intensos y terroríficos rubíes. Le temía mucho a ese hombre y hacer contacto visual con él era lo peor de todo, por que no sólo era capaz de leer tu mente, sino también tu alma.